Adicciones

Cigarrillos electrónicos: daños ocultos tras las promesas

Se promocionan como aliados para dejar de fumar, pero... | Foto: GETTY IMAGES

Por Inés González
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Las principales organizaciones de salud y médicos reclamaron en forma pública en marzo de 2018 a la Administración de Drogas y Alimentos de EE.UU. (FDA) que regule la comercialización de cigarrillos electrónicos, por considerarlos una amenaza para la salud pública, en donde el consumo es creciente y existe un vacío legal, además de falta de información sobre los verdaderos riesgos que implica el consumo, según el reclamo presentado.

En respuesta a esas demandas, la FDA tomó en mayo de 2018 la decisión de advertir a los fabricantes que los líquidos de cigarrillos electrónicos que están empacados de manera que parecen jugos, dulces y galletas, dejen de vender sus productos.

Ahora, la FDA promete ampliar las restricciones a los cigarrillos electrónicos. El 12 de septiembre de 2018 anunció a través de un comunicado, una serie de acciones para prohibir la venta y comercialización de estos productos a los niños. La agencia emitió más de 1,300 cartas de advertencia y multas civiles a minoristas que vendieron ilegalmente JUUL y otros productos de cigarrillos electrónicos a menores, a nivel nacional.

El consumo de cigarrillo electrónico entre los jóvenes ha alcanzado proporciones epidémicas, dijo el comisionado de la FDA Scott Gottlieb, y señaló que la agencia tiene la intención de tomar medidas nuevas y significativas para abordar este desafío. La agencia federal hace hincapié en que ésta es otra manera de consumir nicotina, y la nicotina es dañina en todas sus formas.

¿A quién podrían beneficiar los e-cigarettes?

“Si bien seguimos comprometidos con el avance de las políticas que promueven el potencial de los cigarrillos electrónicos para ayudar a los fumadores adultos a alejarse de los cigarrillos convencionales, ese beneficio no puede darse a expensas de los niños. No podemos permitir que una nueva generación se vuelva adicta a la nicotina” señala el comunicado de la FDA

El consumo es perjudicial para los niños y jóvenes, entre quienes aumentó un 900% de 2011 a 2015 según informó en 2017 el entonces Cirujano General de Estados Unidos, Dr. Vivek Murthy. “La nicotina puede dañar el cerebro en desarrollo, provocando un perjuicio mayor que en los adultos, mientras que conduce a la adicción”, señaló el experto.

Los adolescentes que vapean son tres veces más propensos a pasar luego a fumar cigarrillos regulares en el plazo de un año. En 2015, casi el 60% de los estudiantes que vapeaban, ahora son fumadores, con lo cual se observa que siguen vinculados a la nicotina, declaró Murthy.

El cigarrillo electrónico está rodeado de un halo de bondad que no tiene el cigarrillo común: varias encuestas muestran que tanto los jóvenes como sus padres creen que esta forma de consumir nicotina es inofensiva. Y las empresas se las han ingeniado para difundir ese tipo de mensajes, agregarle sabores, packaging y esponsorear eventos deportivos y musicales para los adolescentes.

Sobre la afirmación de que es inofensivo, es algo en lo que todavía los científicos no coinciden. Algunos estudios hallaron que causa menos daño que el cigarrillo convencional, mientras que otros (la mayoría) hallan evidencias de daños graves para la salud.

Pero hay algo que no se puede negar: muchos pediatras y hasta los propios funcionarios de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) aseguraron que el e-cigarette es la puerta de entrada a una adicción.

"Hay un conjunto de evidencias cada vez mayor de que los adolescentes que empiezan con los cigarrillos electrónicos podrían hacer la transición a los cigarrillos comunes" dijo el autor principal de un estudio de 2018, John Pierce, de la Facultad de Medicina y el Centro Oncológico de la Universidad de California, en San Diego.

"Este estudio proporciona la primera evidencia de que los anuncios de cigarrillos electrónicos son uno de los factores de riesgo de que los menores se conviertan en fumadores de cigarrillos" agregó Pierce.

¿Qué se vapea? 

En su mayoría, los cigarrillos electrónicos contienen propilenglicol, una sustancia aprobada para consumo pero no para inhalar; además de glicerina y nicotina, pero también se han encontrado sustancias cancerígenas como nitrosaminas, formaldehido y hasta metales peligrosos como plomo.


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El porcentaje de nicotina de los cigarrillos electrónicos varía desde 0 hasta más de 25 miligramos de nicotina por mililitro (mg/ml).

Muchas evidencias en contra

Los e-cigarettes alteran un químico vital para la coagulación, lo que hace que aumente el riesgo de padecer una hemorragia cerebral o accidente cerebrovascular (ACV) según un estudio realizado por el investigador Ali Ehsan Sifat, del University College de Londres, quien dijo: "La exposición al cigarrillo electrónico disminuye la absorción de glucosa en el cerebro, y ésta alimenta la actividad cerebral”.

Por otro lado, los usuarios frecuentes podrían enfrentarse a un mayor riesgo de enfermedad cardíaca. "Los resultados fueron algo sorprendentes, dado que se cree comúnmente que éstos son menos nocivos que los cigarrillos de tabaco" señaló la Dra. Holly Middlekauff, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) tras presentar un estudio en 2017.

Algunos de los saborizantes líquidos al ser calentados en los cigarrillos electrónicos se descomponen en compuestos potencialmente peligrosos, descubrieron los científicos del Instituto de Investigación del Desierto, en Reno, Nevada. Y además, existe otro peligro del que casi nadie habla: muchas veces causan intoxicaciones en los niños, quienes pueden consumir nicotina accidentalmente, y un riesgo reportado frecuentemente son las explosiones, que envían a cientos de pequeños a emergencias cada año en EE.UU.

La lista de estudios en su contra es bastante extensa y reveladora: se halló que puede provocar cáncer y dañar los vasos sanguíneos, lo que deriva en daño cardíaco. Entre otros hallazgos recientes, un estudio, publicado hace pocos meses en el American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, encontró que el uso de cigarrillos electrónicos puede desencadenar respuestas inmunes únicas, además de producir los mismos resultados potencialmente dañinos para los pulmones que los cigarrillos convencionales. 

Mehmet Kesimer, del Centro de Medicina Regulatoria y Salud Pulmonar (TCORS) de la Universidad de Carolina del Norte, y colegas, dijeron que: "Este estudio analizó posibles biomarcadores de daños en los pulmones. Y nuestros resultados sugieren que, de alguna manera, el uso de cigarrillos electrónicos podría ser tan malo como fumar cigarrillos", agregó.

¿En verdad ayudan o crean una nueva adicción?

Los cigarrillos electrónicos ingresaron al mercado con la promesa de ayudar a los fumadores a dejar de fumar, y eso es algo que todavía está por probarse. Podría ser que ayudaran a dejar el cigarrillo, pero a un costo muy alto para la salud. 

En una investigación de 2017, realizada por la Universidad de Georgetown, en Washington, D.C. con datos de más de 24,000 participantes de una encuesta regular sobre el tabaquismo administrada por la Oficina del Censo de EE. UU., hallaron que los cigarrillos electrónicos pueden ayudar a los fumadores a dejar de fumar. 

Sin embargo, podrían generar una nueva dependencia. "Los cigarrillos electrónicos son altamente adictivos, fáciles de utilizar y divertidos", dijo el Dr. Louis De Palo, un pulmonólogo, y agregó que le preocupa que los cigarrillos electrónicos hagan demasiado bien el trabajo de reemplazar a los cigarrillos de tabaco tradicionales: cree que debería haber estrategias para que la gente al final deje también los cigarrillos electrónicos. 

De Palo y muchos otros médicos coinciden en que los efectos a largo plazo de los e-cigarettes en la salud, son algo incierto. "Los cigarrillos electrónicos podrían tener consecuencias en la salud todavía no reconocidas" advirtió De Palo, y añadió que éstos ofrecen un medio para que personas que quizá nunca hubieran fumado tabaco, se hagan adictas a la nicotina.

La mejor forma de dejar de fumar es combinar un reemplazo de la nicotina con la terapia cognitivo conductual o algún otro tipo de terapia, sugirió el Dr. De Palo. De esa forma, los aspectos tanto físicos como psicológicos de la adicción se abordan al mismo tiempo y desde la raíz del problema. 

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