Adicciones

Tratamiento alucinógeno ¿una opción contra el alcoholismo?

| Foto: ISTOCK

Por Tomás Vicente
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Puntos Clave

  • Un reciente estudio halló que combinar psilocibina y terapia podría ayudar a superar el trastorno por consumo de alcohol.
  • La psilocibina es un compuesto alucinógeno responsable del efecto psicoactivo de ciertos hongos comestibles, como Psilocybe como P. cubensis, P. semilanceata y P. cyanescens.
  • A la larga el consumo excesivo de alcohol puede causar problemas hepáticos, cardiovasculares, oculares, óseos, sexuales, digestivos y neurológicos.


Un reciente estudio clínico publicado en JAMA Psychiatry encontró que administrar dos dosis de psilocibina combinadas con psicoterapia redujo la cantidad de alcohol que bebía un grupo de personas, en comparación con otro grupo que solo recibió psicoterapia.

La psilocibina es un compuesto alucinógeno responsable del efecto psicoactivo de ciertos hongos comestibles.

Según señalaron los autores de este nuevo estudio, los efectos de la psilocibina persistieron al menos hasta siete meses tras la segunda dosis, por lo que sugieren que este podría ser un posible tratamiento a largo plazo para la adicción al alcohol.

"Los hallazgos son prometedores y emocionantes", afirmó en una publicación de Popular Science Michael Bogenschutz, director del Centro Langone de Medicina Psicodélica de la Universidad de Nueva York y autor principal del estudio.

Y agregó: "Vimos efectos importantes y muy persistentes que podrían ayudarnos a descubrir qué lugar jugará la psilocibina en el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol y los trastornos del estado de ánimo y de ansiedad potencialmente concurrentes".

El tratamiento para el trastorno por consumo de alcohol puede variar en función de las necesidades de cada persona. Generalmente, se recurre a la desintoxicación y abstinencia, acompañado por asesoramiento psicológico, y prácticas para desarrollar nuevas habilidades para controlar la adicción.

También existen medicamentos que se suelen usar para este problema, como disulfiram, que provoca diferentes reacciones, como náuseas, vómitos e incluso dolor de cabeza, cuando se bebe alcohol. Sin embargo, no cura el trastorno ni elimina la necesidad de beber.

Otras opciones son naltrexona, que bloquea el efecto placentero que provoca el alcohol, puede prevenir el consumo excesivo y reduce las ganas de beber, o acamprosato, que ayuda a combatir el deseo de consumir alcohol una vez que se dejó de beber. A diferencia del disulfiram, estos medicamentos no provocan malestar después de beber.

Efectos de la psilocibina

La psilocibina es producida naturalmente por alrededor de 200 especies de hongos, incluyendo los del género Psilocybe, como P. cubensis, P. semilanceata y P. cyanescens. Este compuesto ha sido estudiado desde hace décadas para tratar muchas afecciones, como trastorno de la personalidad, trastorno obsesivo-compulsivo, cefaleas, y depresión, entre otros.

La toxicidad de la psilocibina es baja, según estudios en ratas la dosis letal es de 280 mg/kg. En el caso de humanos, jamás se ha documentado, sin embargo, considerando que la psilocibina como mucho corresponde al 1% del peso total de hongos de P. cubensis, se estima que sería necesario consumir aproximadamente 2 kg de hongos secos o 20 kg de hongos frescos para que una persona de 75 kg alcance la dosis letal registrada en animales.

El nuevo ensayo clínico aleatorizado y doble ciego se basa en resultados de otro estudio piloto de 2015 dirigido por Bogenschutz, en el que su equipo probó los efectos de dos dosis de psilocibina más psicoterapia en 10 participantes con dependencia del alcohol.

Para aprovechar esos resultados, los expertos decidieron reclutar para el nuevo estudio a 93 hombres y mujeres diagnosticados con trastorno por consumo de alcohol. Cada persona recibió 12 sesiones de psicoterapia durante 12 semanas y fue asignada al azar para recibir dos dosis de psilocibina (48 pacientes) o un placebo antihistamínico (45 pacientes).

En la primera sesión la dosis de psilocibina fue 25mg/70 kg, frente a 50 mg de difenhidramina, mientras que en la segunda sesión la dosis de psilocibina fue 25-40 mg/70 kg frente a 50-100 mg de difenhidramina.

El equipo rastreó los resultados de salud de los participantes y sus patrones diarios de bebida durante ocho meses. Tras ese período a cada participante se le ofreció una tercera sesión en la que, con conocimiento, recibirían psilocibina.


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Las personas en el grupo de psilocibina bebieron significativamente menos que las personas en el grupo de placebo durante las primeras 32 semanas. La tasa de consumo excesivo de alcohol (cuatro o más tragos en hombres y tres o más tragos en mujeres en un solo día) en personas que tomaron psilocibina fue del 9.7%, mientras que para las personas que tomaron el antihistamínico, fue de 23.6%.

El último seguimiento mostró que los efectos de la psilocibina persistieron durante otros siete meses. Además, el doble de personas en el grupo de psilocibina dejó de beber por completo en comparación con las que se abstuvieron en el grupo de placebo (48% frente a 24%). Tampoco se registró ningún efecto secundario grave asociado a la psilocibina.

Si bien este nuevo estudio inscribió a menos de 100 personas, los expertos señalan que se trata del estudio de psilocibina más grande hasta la fecha, y que sus resultados relativamente sólidos lo hacen digno de mención. Sin embargo, se destacó que existieron complicaciones para ocultar quienes recibían psilocibina (por sus efectos alucinógenos) y quienes placebo, lo que podría haber sesgado los resultados.

Aunque la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) no aprueba la psilocibina como tratamiento para ningún trastorno, existen un creciente movimiento científico que ha explorado sus beneficios para la salud mental.

Bogenschutz y su equipo planean expandir sus hallazgos a una prueba de tres años con más de 200 participantes. El objetivo es aportar más evidencia que para lograr la aprobación de la psilocibina por parte de la FDA, que, según Bogenschutz, sería "un verdadero avance en el tratamiento del trastorno por consumo de alcohol".

Consecuencias del consumo nocivo del alcohol

El trastorno por consumo de alcohol es un patrón de consumo de alcohol que consiste en tener problemas para controlar lo que se bebe, estar preocupado por el alcohol o continuar consumiéndolo aun cuando causa problemas.

Este trastorno también implica la necesidad de tener que beber más para lograr el mismo efecto o la presencia de síntomas de abstinencia cuando disminuyes o suspendes rápidamente el consumo.

Durante la pandemia, las autoridades sanitarias alertaron sobre el incremento de las tasas de consumo excesivo de alcohol (principalmente como una forma de afrontar el encierro).

Debido a que aproximadamente solo una persona de cada 60 con trastorno por consumo de alcohol busca tratamiento médico, los expertos advierten que es importante ayudar a quienes sufren este problema, dado que a la larga puede repercutir en la salud y seguridad.

Esto se debe a que, en exceso, el alcohol reduce las habilidades de razonamiento y disminuye las inhibiciones, aumentando el riesgo de:

  • Accidentes automovilísticos.
  • Problemas en las relaciones. 
  • Problemas en el desempeño laboral. 
  • Problemas legales, o económicos. 
  • Participación en relaciones sexuales riesgosas y si protección.

Con respecto a la salud, los profesionales señalan que beber demasiado alcohol puede aumentar el riesgo de:

  • Enfermedad hepática.
  • Problemas digestivos.
  • Problemas cardíacos.
  • Complicaciones vinculadas con la diabetes.
  • Problemas con la función sexual y la menstruación.
  • Problemas oculares.
  • Daño en los huesos.
  • Complicaciones neurológicas.
  • Sistema inmunitario debilitado.
  • Cáncer.

Además, beber alcohol puede interactuar con ciertos medicamentos, lo que incrementa sus efectos tóxicos.

Fuentes consultadas: Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU., Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, JAMA Psychiatry, Journal of Psychopharmacology.