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El niño, que reside en Durham, Reino Unido tiene que luchar a diario para reponerse de la alergia a sí mismo, y en su corta vida ya ha visitado el hospital más de 50 veces, debido a los intensos episodios respiratorios que lo atormentan.

Su madre, Paula Hopps, contó a los medios que los ataques severos de dificultad respiratoria de Junior empezaron a manifestarse al cumplir un año de edad, cuando un beso de ella lo puso al borde la muerte. Los médicos comenzaron a hacerle estudios y descubrieron que es alérgico a muchísimos agentes externos, pero que también es alérgico a su propio cuerpo.

Debido a las frecuentes visitas a emergencias al The James Cook University Hospital, en Middleborough, y a la medicación continua que recibe, el niño tiende a perder sus clases regulares. Y lucha por hacer deporte o actividades físicas como cualquier otro niño de su edad: antes de realizar cualquier esfuerzo, por mínimo que sea, debe inhalar 10 veces su medicación.

Ante un tipo de alergia tan particular, los médicos británicos están examinando su sistema respiratorio con FeNo, el óxido nítrico que se usa en casos de asma, que permite medir el estado de los bronquios del enfermo, analizando el aire respirado por él.

Así buscan encontrar más secretos en su organismo, que los lleven a poder tratar al niño con la medicación más adecuada.

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