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Estrés laboral, factor de riesgo para diabetes

| Foto: SHUTTERSTOCK

Por vmerlo@holadoctor.net
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Para nadie es un secreto que el estrés continuo o prolongado puede afectar negativamente nuestra salud, sin embargo, para las personas que están permanentemente sometidos a una alta presión en su entorno laboral también significaría un riesgo 45% mayor de desarrollar diabetes tipo 2, de acuerdo con científicos del Helmholtz Zentrum München en Alemania.



Los hallazgos publicados en la revista científica Psychosomatic Medicine, se basan en el análisis de los datos de más de 5,300 trabajadores, con edades comprendidas entre los 29 y los 66 años, que formaron parte de la base de datos del estudio de MONICA/KORA (Cooperative Health Research in the Augsburg Region).

Al comienzo del estudio ninguno de los trabajadores tenía diabetes pero una vez transcurrido el periodo de observación que duró 13 años aproximadamente, casi 300 personas de la muestra inicial fueron diagnosticadas con diabetes tipo 2. Esta correlación entre el estrés laboral y el riesgo de sufrir diabetes tipo 2 se llevó a cabo sin tener en cuenta los factores con los que se suele relacionar esta patología como la obesidad, la edad o el género.

De acuerdo con los resultados, las personas que se encuentran bajo una alta presión en el trabajo y al mismo tiempo sienten poco control sobre las actividades que llevaban a cabo, se enfrentan a un riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 aproximadamente 45% más alto que aquellos trabajadores que no sufren estrés en su rutina laboral.

"Aproximadamente uno de cada cinco trabajadores se encuentra afectado por altos niveles de estrés mental en su ambiente laboral. Por eso, a los investigadores no les gusta referirse a este como estrés laboral normal, sino como la situación en la que los trabajadores sienten que sus exigencias en el trabajo son muy altas y que al mismo tiempo poseen poco margen de maniobra en la toma de decisiones", precisó Karl-Heinz Ladwig, uno de los autores del estudio.

De acuerdo con Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), la tercera parte de la población en EE.UU. vive en un estado de estrés extremo, mientras que cerca de la mitad (48%) considera que su estrés ha aumentado en los últimos cinco años.

Investigaciones previas han demostrado que la activación crónica de la respuesta al estrés puede alterar una serie de procesos normales o fisiológicos del organismo y conducir al aumento del riesgo de desarrollar diversos problemas de salud como la enfermedad cardiovascular, trastornos digestivos, depresión, obesidad, afecciones dermatológicas, inmunológicas y alteraciones del sueño y de la memoria.

Cuando las personas están pasando por una situación de estrés, el sistema endocrino se activa y comienzan a segregarse varias hormonas (por ejemplo, cortisol y adrenalina. Estas hormonas aumentan su concentración, capacidad de reaccionar y fuerza. También aceleran los latidos del corazón, aumentan la presión sanguínea, refuerzan el sistema inmunitario y agudizan memoria.

El papel del cortisol es especialmente importante ya que uno de sus efectos puede ser el inhibir la secreción de insulina y con ello, disminuir la capacidad de la misma para transportar la glucosa hacia las células, además de hacer que se vuelvan más resistentes a ésta. El resultado es un notable aumento de la glucosa en la sangre.

A veces el entorno laboral puede generar estrés físico debido al ruido, falta de privacidad, iluminación deficiente, mala ventilación, control deficiente de la temperatura o instalaciones sanitarias inadecuadas. Los entornos donde reinan la confusión organizacional o un estilo de administración sumamente autoritario, excesivamente liberal o centrado en las crisis podría resultar ser psicológicamente estresantes.

La temible diabetes


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La diabetes se ha convertido en una epidemia que afecta a casi 350 millones de personas en todo el mundo según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se prevé que se convierta en la séptima causa de muerte en 2030 y el número de casos alcance los 552 millones, o un adulto de cada 10 en el mundo.

Según las estadísticas de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por su siglas en inglés), unos 26 millones de personas en los Estados Unidos (hombres, mujeres y niños) han sido diagnosticados con diabetes y estima que 79 millones de adultos tienen pre diabetes, una afección que incrementa el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiacas y accidentes cerebrovasculares.

Los CDC calculan que para el año 2050, si las tendencias actuales continúan, 1 de cada 3 adultos en los EE. UU. podría sufrir de diabetes. La diabetes tipo 2, en la cual el organismo pierde en forma gradual la capacidad de producir y utilizar la insulina, representa entre el 90 y el 95% del total de los casos.

La diabetes es la séptima causa principal de muerte y puede provocar discapacidad permanente y mal estado de salud. Las personas con diabetes pueden sufrir numerosas complicaciones graves y mortales, como enfermedades cardiacas y accidentes cerebrovasculares, ceguera, enfermedad renal crónica y amputaciones.

El riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares es 2 a 4 veces más alto en las personas con diabetes. Los adultos con diabetes tienen tasas de mortalidad por enfermedades cardiacas aproximadamente 2 a 4 veces más altas que los adultos que no tienen diabetes.

La diabetes es la causa principal de nuevos casos de ceguera en adultos entre 20 a 74 años de edad.

La diabetes es también la causa principal de la insuficiencia renal y fue responsable del 44% de los casos nuevos en el 2008.

Más del 60% de las amputaciones de piernas y pies no relacionadas con accidentes y lesiones, fueron procedimientos realizados en personas con diabetes. En el 2006, estos casos llegaron a una cantidad de 65,700 amputaciones.

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