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Angelina es deseada por los hombres y admirada por las mujeres, pero así como es de bella, es de excéntrica con su físico. Lo somete a constantes situaciones extremas, tiene cerca de veinte tatuajes y hace dietas rigurosas y agotadores entrenamientos en el gimnasio.

Para preparase para las películas hizo dietas variadas. Mientras filmaba “Agente Salt”, su instructor Simon Crane le prohibió la comida chatarra y le ideó una dieta basada en un 70 por ciento de carbohidratos y 30 por ciento de  proteínas para no bajar de peso y verse con un poco más de “carne” en sus huesos.

También hizo un entrenamiento anaeróbico para conservar músculos sin bajar de peso. La clave era hacer cuatro o cinco comidas al día, y cuando llegó a la figura deseada lo cambiaron a un 60/40, siempre sin comida chatarra, ni alcohol ni calorías vacías, salvo los fines de semana.

La actriz filmó el 99 por ciento de las escenas, ya que le gusta estar en movimiento, pero usó protectores en los codos y las rodillas para no tener rasguños o lastimaduras. Crane trabajó varios años con Angelina, ya la había preparado también para "Lara Croft," y dice que ella se mentaliza de tal modo que logra modelar su cuerpo según los requerimientos del papel.

En la entrega de los Oscars del 2011 se la vio tan delgada que todos se preguntaban si estaba enferma. En ese tiempo sólo ingería 600 calorías diarias, muy lejos de las 2000 necesarias para ser una persona sana. La actriz comía sopa durante varios días seguidos, sin incluir nada de lo indicado para  una alimentación balanceada. Es una práctica peligrosa ya que tan poca comida pone al cuerpo en modo de “autopreservación”, y comienza a quemar masa muscular.

Durante la filmación de “Mr. & Mrs. Smith” (2005) siguió una dieta de 1500 calorías diarias, que incluía carne, salmón, vegetales y proteínas saludables. Pero en 2007, con la muerte de su madre, se puso esquelética porque se sentía muy triste. Al tiempo hizo la dieta de Martha Vineyard para perder varios kilos en pocos días, que consiste en ingerir únicamente líquidos cada dos horas para depurar el organismo.

Sus admiradores la critican porque no se alimenta como corresponde y podría ser un mal ejemplo para sus seis hijos. Actualmente se la ve más recuperada, aunque suele desayunar un puñado de cereales con una cucharadita de aceite de coco, y para almorzar toma un té verde con un puñado de frutos secos, unas almendras o un batido de proteínas. Al otro día puede comer algo de carne roja con vino tinto, pero luego se arrepiente y vuelve al té. Sin duda la comida no es algo que le interese demasiado, y tiene su foco puesto en algún otro lado que no se puede definir.