Aumento de peso al dejar de fumar

Por MiDieta
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Una de las principales excusas de los fumadores para no dejar de fumar es: “no quiero dejar porque seguro que engordo”. 

Se estima que las personas que abandonan el tabaco aumentan entre 5 y 10 libras (2 y 4,5 kilos)  durante los primeros meses “libres de humo”.

Éste es uno de los efectos colaterales del proceso de “dejar de fumar”. Sin embargo, tal como aclaran los expertos, en poco tiempo se pueden adquirir hábitos saludables que ayuden a combatir el sobrepeso y mantenerse saludable para siempre. 

A continuación algunas razones que llevan a aumentar de peso al abandonar el tabaco:


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  1. Fumar actúa como un “supresor del apetito” y podría acelerar de alguna medida el metabolismo. “Al dejar de fumar, el apetito y el metabolismo se normalizan, lo que podría provocar comer más y quemar menos calorías”, explica el Dr. Richard D. Hurt, de la Clínica Mayo.
  2. Las comidas se vuelven más tentadoras. El cigarrillo altera los sentidos del olfato y del gusto, agrega el Dr. Hurt. Esto puede tener como consecuencia que las comidas parezcan más apetitosas y se coma en mayor cantidad. 
  3. La insulina se reduce y aumenta el apetito: La nicotina del tabaco es un estimulante, que puede interferir con la liberación de la insulina, la hormona que controla los niveles de glucosa en sangre. Al dejar de fumar, este proceso se detiene y como consecuencia, el cerebro reduce la velocidad de las hormonas que desencadenan la sensación de hambre.
  4. La comida reemplaza al cigarrillo. Muchos fumadores se acostumbraron a reemplazar los postres o los snacks por el cigarrillo. Al abandonar el tabaco, luego de las comidas o entre horas, es común que se tienda a “llenar ese vacío” con comida. 
  5. Predilección por las grasas y las comidas condimentadas: Al tener el gusto y el olfato dañado, los fumadores tienden a preferir comidas proteicas, muy condimentadas y ricas en grasas, explica la Dra. Georgina Alberro, de LALCEC (Liga Argentina para la Lucha contra el Cáncer). 
  6. El cigarrillo actúa como antidepresivo y ansiolítico. En personas que no están bajo tratamiento, al dejar el cigarrillo, estos trastornos pueden aparecer y agravarse, provocando ansiedad y nerviosismo. Antes, estos sentimientos eran aliviados al encender un cigarrillo, ahora, muchos podrían intentar “aplacarlos” con comida.

No obstante, estas consecuencias pueden evitarse con un plan de dieta balanceado y actividad física. Así lo sugiere el Dr. Hunt, de la Clínica Mayo: 

  • Mantenerse en movimiento. El ejercicio regular no sólo quema calorías sino que también ayuda a aliviar los síntomas del síndrome de abstinencia y los antojos. 
  • Hacer un plan de comdidas saludable. Planificar un menú que incluya una gran cantidad de frutas y vegetales. Comer en pequeñas porciones y evitar los dulces y el alcohol. 
  • Elegir snacks con pocas calorías. Si tienes hambre entre las comidas, opta por fruta fresca o envasada en su propio jugo, palomitas de maíz bajas en grasas o yogur descremado. 

En el mundo, hay 1000 millones de personas que fuman. Aproximadamente, el 20% son mujeres, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Por otra parte, el 63 por ciento de las muertes en todo el mundo son producidas por enfermedades no transmisibles. El tabaco es uno de los más grandes factores de riesgo. Además, se estima que ocurren 600.000 fallecimientos cada año entre personas no fumadoras expuestas al humo del tabaco.