Cerrar

Brian Flemming era un joven de Michigan de 30 años con obesidad mórbida, que pasaba la mayoría de las noches mirando televisión mientras tomaba soda mezclada con bastante vodka. Cuando no bebía se dedicaba a comer sin medida, y llegó a acumular 7,000 calorías diarias, y en una balanza especial del hospital, supo que pesaba 625 libras (283 kg). Su estilo de vida afectó seriamente su salud, ya que se convirtió en prediabético y sufría celulitis infecciosa en forma recurrente. 

Además de la televisión, le gustaba jugar al Draw Something, un juego similar al Pictionary con el que se puede pasar un ameno rato dibujando y adivinando tras descargar una aplicación en el teléfono celular. En una partida conoció por azar a una contrincante inglesa que le cambiaría la vida.

La dama en cuestión se llama Jackie Eastham, y es 20 años mayor que Brian. Jugaron algunos rounds en forma casual, luego se hicieron amigos por Facebook y esto los ayudó a conocerse un poco más. Por primera vez Brian se animó a sincerarse con alguien y confesar su alcoholismo, y si bien esperó compasión por parte de su nueva amiga, solo recibió reprimendas. 

La forma en que el joven desperdiciaba su vida movilizó mucho a Eastham: la mujer padece una distrofia muscular hereditaria que le causa debilidad muscular progresiva y podría llegar a afectarle varias funciones y órganos. Si bien hasta ahora solo tiene síntomas leves, no toma su enfermedad como una cosa menor y se esfuerza en mantener una vida muy saludable. 

Eastham le dijo a su amigo virtual que había gente luchando por su vida, y que él, que tenía todas las oportunidades, la estaba desperdiciando. Hoy, a los 32 años, Flemming reconoce que este discurso fue crucial ya que fueron estas palabras las que lo impulsaron a cambiar. ¿Cómo podía ser que esa mujer enferma intentara tener una vida mejor y él se estaba hundiendo más y más? Ese día, el 13 de octubre de 2012, se prometió dejar el alcohol. 

Así comenzó su increíble transformación: sin las calorías del alcohol empezó a bajar de peso. Los primeros días fueron duros pero se pudo sobreponer, y chateaba con Jackie que lo animaba desde el otro lado de la computadora. Abandonó las comidas rápidas, el azúcar y las carnes rojas, empezó a caminar dentro de su casa 5 minutos al día, y en un par de meses ya había bajado 100 libras (45 kg). 

Cuando se sintió seguro se animó a caminar al exterior, pero solo por la noche para que sus vecinos no lo vieran. El joven siguió con la dieta y el ejercicio y en menos de dos años logró perder 383 libras (174 kg) y pasar del talle 60 al 38. En diciembre de 2013 viajó a Europa y conoció personalmente a su “hada madrina” y visitaron juntos la Torre Eiffel, cuando antes no hubiera podido ni siquiera subir dos escalones. Conversan a diario y siguen jugando al Draw Something, el juego que los unió y que seguramente le salvó la vida. 

“Jackie es lo mejor que me pasó, siento que salvó mi vida”, dice Brian. “El es muy inspirador, espero que consiga todo lo que quiere”, dice Jackie. Hoy Brian tiene una página de Facebook donde la gente cuenta historias similares a la suya, y quiere volver a la universidad para especializarse como terapista especializado en baja de peso, depresión y ansiedad.