El idioma y la atención médica

Por MiDieta™
Publicado:

Según un informe, muchos residentes de los EE.UU. no hablan inglés, lo que limita el diálogo con los médicos.

Una de las mayores barreras para la atención médica de alta calidad para millones de residentes de los EE.UU. no tiene nada que ver con la medicina.

Tiene que ver con el idioma.

"Estamos hablando de 50 millones de personas en los EE.UU., el 19 por ciento de la población, que hablan un idioma que no es el inglés en su hogar y 22 millones que tienen conocimientos limitados de inglés. Eso es mucha gente", aseguró el Dr. Glenn Flores, director del Center for the Advancement of Underserved Children y profesor de pediatría, epidemiología y políticas de la salud en el Colegio Médico de Wisconsin en Milwaukee.
Y esa cifra está creciendo, añadió Flores, quien es autor de un artículo de perspectiva publicado en la edición del 20 de julio del New England Journal of Medicine que versa sobre el problema y sus posibles soluciones.

Entre 1990 y 2000, la cantidad de estadounidenses que hablan un idioma que no es el inglés en su hogar aumentó en 15.1 millones (un aumento de 47 por ciento) y la cantidad que tiene conocimientos limitados de inglés creció en 7.3 millones (un aumento de 53 por ciento).

Los pacientes que se enfrentan a barreras idiomáticas tienen dificultad para acceder a la atención, reciben menos servicios preventivos y es menos probable que sigan las indicaciones sobre los medicamentos. Por ejemplo, es menos probable que los niños asmáticos que tienen barreras idiomáticas terminen siendo intubados en cuidados intensivos.

"Los pacientes que no tienen la oportunidad de tener un médico competente cultural y lingüísticamente con frecuencia no obtienen una atención tan buena", afirmó el Dr. Robert Schwartz, presidente de medicina familiar y salud comunitaria de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami. "Poder hablar con el paciente es un asunto crítico".

El departamento de Schwartz presta servicios a una parte de Miami predominantemente hispana. Y según el artículo en la publicación, en Miami el 75 por ciento de los residentes habla un idioma que no es el inglés en sus hogares.

Los ejemplos citados por Flores van desde lo casi cómico hasta lo trágico.
Por ejemplo, un intérprete tradujo mal las instrucciones de una enfermera e indicó a una madre que colocara antibióticos orales en la oreja de su hija de 7 años.


Queremos Conocer su Opinión

¿Cómo califica el contenido que acaba de leer/ver?

¿Qué tanto me motiva a vivir saludable?

Yo soy...

Proveedor de Salud
Administrador o Recursos Humanos – Empresa
Asegurado
Corredor de Seguros
Ninguna de las Anteriores


En otro ejemplo, una mala traducción de una sola palabra resultó en una cuadriplejia prevenible. El paciente, un hombre de 18 años, dijo en español que tenía náuseas antes de perder el conocimiento. Un paramédico que no hablaba español entendió que la palabra significaba "intoxicado", y el paciente pasó más de 36 horas en tratamiento para una sobredosis de drogas. El retraso causó la ruptura de un aneurisma cerebral. En este caso, hubo un acuerdo extrajuicio por $71 millones.

Y una mujer hispanohablante le informó a un residente del hospital que su hija de 2 años se había "golpeado ella misma" cuando se cayó de su triciclo. El residente malinterpretó la afirmación y creyó que se trataba de abuso, por lo que se puso en contacto con las autoridades apropiadas, que hicieron que la madre cediera la custodia de sus dos hijos.

Los problemas de idioma son más pronunciados en los ambientes de sala de emergencia y psiquiátricos. Un estudio encontró que no se usaba intérprete en el 46 por ciento de los casos de salas de emergencia que involucraban pacientes con conocimientos limitados de inglés.
Es más probable que los pacientes psiquiátricos que tienen barreras idiomáticas reciban un diagnóstico de psicopatología severa, y también abandonen el hospital contra las órdenes del médico.

¿Qué puede hacerse?
"Necesitamos seguir basando el caso en la evidencia, pues se ven muchas consecuencias adversas", aseguró Flores. "Hay muchas cosas acumuladas por hacer y todo esto resulta en una calidad de la atención menos que óptima, costos excesivos, una menor satisfacción del paciente, errores médicos e incluso morbilidad y muerte. Podemos hacerlo mejor".

Actualmente, sólo 13 estados ofrecen reembolso a terceros por los servicios de los intérpretes. Desafortunadamente, la mayoría de estados que contienen la mayor cantidad de pacientes con conocimientos limitados de inglés no han hecho lo mismo, citando a veces preocupaciones con los costos.

Se están preparando leyes, como una propuesta en California que prohibiría que las organizaciones con fondos del estado usen niños menores de 15 años como intérpretes médicos. Pero hay que hacer más, aseguró Flores. Un informe del gobierno calculó que sólo costaría, en promedio, $4.04 más por consulta médica suministrarles a todos los pacientes de los EE.UU. que lo necesiten servicios idiomáticos.
Mientras tanto, las instituciones individuales están haciendo lo que pueden. En el Centro Médico Maimonides, en la ciudad de Nueva York, por ejemplo, se hablan unos 80 idiomas, entre ellos guyaratí , usado en la costa oeste de India, y zapoteca, un dialecto nativo mexicano.

"Hace unos cinco años colocamos nuestra declaración de los derechos del paciente en 10 idiomas diferentes y eso apenas es el comienzo", afirmó la directora ejecutiva y presidenta Pamela Brier.
El centro utiliza una red de intérpretes compuesta por el personal existente y voluntarios, entre ellos personas que eran médicos en sus propios países y esperan poder entrar a un programa de residencia. Hace unos cuatro años, el hospital contrató suficientes personas para tener cobertura de mandarín, cantonés y ruso las 24 horas del día.

"Aún con todo lo que hacemos, no lo hemos solucionado", señaló Brier. "Será un trabajo de toda la vida".