Publicidad: influencia cuestionada

Por MiDieta™
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Se sabe que los niños hoy en día, en todo el mundo, pasan demasiadas horas diarias frente al televisor. Y también se sabe que la publicidad de alimentos ocupa gran parte de la tanda publicitaria. Hamburguesas, papas fritas, gaseosas, más la promesa de mundos de fantasía y diversión logran un efecto potente en las mentes infantiles, que aprenden entre sus primeras frases a decir “quiero chicken nuggets” y “quiero pizza hut”.

La Organización de Consumidores y Usuarios de España publica en su sitio web un estudio sobre el tema, que revela que las publicidades de 14 cadenas de televisión ocupan la cuarta parte del total de anuncios. “…Y los productos anunciados no están entre los adecuados para seguir una dieta sana”, indica. Y asegura que el problema es aún más grave en los horarios en los que se presentan programas infantiles con los asunciones de golosinas y productos repletos de azúcar.

Y este debate tiene larga data. En 2000, la Revista Chilena de Nutrición, de la Sociedad Chilena de Nutrición, publicó un trabajo que revelaba entonces un problema que aumentaría. “En Estados Unidos, diversos estudios han estimado que los niños destinan 21 a 22 horas semanales a mirar televisión, de las cuales alrededor de 3 horas corresponderían a publicidad de alimentos. En un 91 por ciento de los casos, esta publicidad se refiere a alimentos con un elevado contenido de grasa, azúcar o sal”.

Este análisis concluía que “estudios en niños de cuarto y quinto grados han observado que, independientemente de su sexo, capacidad de lectura, factores étnicos, ocupación de los padres y nivel educacional de éstos, la televisión correlacionaba con conceptos erróneos sobre los alimentos y la nutrición y con los malos hábitos alimentarios”.

Para los expertos, el fenómeno de la “publicidad chatarra”, como algunos irónicamente lo llaman, debe revertirse urgentemente. Según las cifras más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) la prevalencia del sobrepeso está aumentando en forma alarmante. Entre las edades de 2 a 5 años, creció de 5 por ciento a 13,9 por ciento. En niños de 6 a 11 años, se ha elevado de 6,5 por ciento a 18,8 por ciento. Y entre los 12 y 19 años, de 5 por ciento a 17,4 por ciento. Los datos que presentan los CDC provienen de un análisis de dos años de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición.


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Opciones de comida saludable, ejercicio físico y menos pantalla chica sería la combinación ideal para que los niños no padezcan de una afección que los puede perjudicar no sólo en su desarrollo infantil y en su salud adulta. Porque, como explica la Organización Mundial de la Salud (OMS) –entidad que también ha lanzado una alerta sobre el tema- “los factores de riesgo de las enfermedades crónicas del adulto se inician en etapas tempranas de la vida”. Y, para la OMS, la clave de que este proceso sea exitoso para la salud del niño es el rol activo de los padres en iniciar a los pequeños en buenos hábitos alimentarios.

Como cuenta el doctor Steven Pratt en su libro “Superalimentos, catorce alimentos que le cambiarán la vida”, “mi mamá me transmitió el concepto de nutrición óptima. No me ofrecía alternativa alguna: tenía que comerme la corteza del pan (hoy en día se sabe que es lo más saludable) y la parte blanca de la cáscara de naranja, también me servía ensalada todos los días y en nuestro refrigerador teníamos siempre un pote de germen de trigo. Mi mamá era una devota de los primeros nutricionistas, como Adele Davis. Cuando era un niño me resistía un poco, pero cuando crecí y me convertí en y médico, me di cuenta que tenía razón”.

Fuentes: Organización de Consumidores y Usuarios de España; Revista Chilena de Nutrición; Centers for Disease Control and Prevention (CDC); Organización Mundial de la Salud (OMS);  Superalimentos, catorce alimentos que le cambiarán la vida, de Steven Pratt.