Mujer

Desafío legal a mutilación genital femenina

Shutterstock | Foto: SHUTTERSTOCK

Por Inés González
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Los padres que permiten la mutilación genital de su hija serán procesados, anunció el gobierno inglés. Promete leyes duras después que un estudio revelara que 137,000 niñas y mujeres en el Reino Unido y Gales viven con este estigma.



La mutilación genital femenina (MGF) es una práctica aberrante que todavía padecen 140 millones de mujeres y niñas en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En Inglaterra, donde es ilegal desde 1985, todavía se sigue practicando en un número mayor de lo que se pensaba, por eso el primer ministro David Cameron anunció que ahora la ley irá más allá y castigará a los padres de las niñas que han sido víctimas de la mutilación, y éstas obtendrán el anonimato de por vida. Dijo que se debe poner fin a esta práctica “de una vez por todas”.

Las cifras dramáticas del estudio dado a conocer revelan que en Inglaterra y Gales, sobre 103,000 mujeres inmigrantes de 15 a 49 años de edad, 10,000 niñas menores de 15 años y alrededor de 24,000 mujeres de 50 años o más, habían sido sometidas a la MGF presumiblemente en su país de origen, sobre todo las provenientes de África, donde es más común.

Pero la violenta mutilación también se lleva a cabo aún en países desarrollados. Un informe reveló que entre 2001 y 2007, alrededor de 66,000 mujeres y niñas han sido sometidas a la MGF en Inglaterra y Gales, con un estimado de 24,000 niñas menores de 15 años en situación de riesgo.

El agresivo plan en contra de la MGF prevé 1,4 millones de libras para ayudar a detener la práctica, e involucra a médicos, funcionarios, policías y agentes fronterizos.

"Todas las niñas tienen derecho a vivir libres de la violencia y la coacción, sin ser forzadas a contraer matrimonio, o a los efectos físicos y psicológicos para toda la vida de la mutilación genital femenina, una práctica abominable que viola los derechos de las niñas y mujeres en todo el mundo, incluyendo el Reino Unido" expresó Cameron.

Efua Dorkenoo de “Igualdad Ya”, una organización que lucha contra la violencia de género, dijo que el gobierno había dado pasos positivos pero que los profesionales necesitan una orientación clara para identificar a las niñas en riesgo y darles ayuda. "No hay tiempo que perder en lugares como Inglaterra y Gales, -declaró- donde miles de niñas tienen su vida arruinada por esta práctica dañina".

El informe ahonda en las razones de la ablación. "Una creencia común que tuvo lugar en las comunidades que defienden la MGF, es que las niñas y mujeres sin esta práctica tienen un apetito sexual insaciable, que tiene que ser contenido para evitar traer deshonor y vergüenza para las familias" dice textualmente.

La MGF en el mundo


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La mutilación genital femenina (MGF) comprende todos los procedimientos que, de forma intencional y por motivos no médicos, alteran o lesionan los órganos genitales femeninos. Éstos no aportan ningún beneficio a la salud de las mujeres y niñas, señala la OMS.

Al contrario, pueden producir hemorragias graves y problemas urinarios, y más tarde pueden causar quistes, infecciones, infertilidad, complicaciones del parto y aumento del riesgo de muerte del recién nacido.

De los 140 millones de mujeres y niñas que sufren en la actualidad las consecuencias de la MGF, en la mayoría de los casos se practican en la infancia, en algún momento entre la lactancia y los 15 años.

El lugar donde está más arraigado es en África, donde hay 92 millones de mujeres y niñas de más de 10 años que han sido objeto de MGF.

Por último, la MGF es reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas. Refleja una desigualdad entre los sexos muy arraigada, y constituye una forma extrema de discriminación de la mujer.

Es practicada casi siempre en menores y constituye una violación de los derechos del niño. Asimismo, viola los derechos a la salud, la seguridad y la integridad física, el derecho a no ser sometido a torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes, y el derecho a la vida en los casos en que el procedimiento acaba produciendo la muerte, declara la OMS.