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Mientras la lucha por frenar la expansión del Virus del Ébola, una fiebre hemorrágica que ya se cobró más de 2,600 víctimas en Guinea, Sierra Leona y Liberia, se recrudece, algunos ven una oportunidad de hacer negocio a costa del deseo de los pacientes por sobrevivir.

A la par de la epidemia, ha comenzado a crecer el mercado negro de sangre sana. Los pacientes infectados la compran a los que han tenido la suerte de sobrevivir al virus, y la utilizan en transfusiones, como un antídoto curativo.

Este mercado negro, incipiente, que se esconde en las calles de Conakry, Freetown y Monrovia, las capitales de los países más afectados —y también en las pequeñas poblaciones aledañas— no cuenta con ningún control, no hay forma hasta el momento de saber cuánta sangre, verdadera o falsa, esté circulando. Lo que agrega un riesgo sanitario extra a los ya debilitados sistemas de estos países en crisis.

La OMS explica que varios estudios sugieren que la sangre de personas que lograron combatir a este terrible virus, específicamente el plasma, puede ayudar a erradicar el Ébola de un organismo enfermo. Y hasta prevenir la infección.

"Pero hacen falta más estudios para corroborar esta teoría", explicó en conferencia de prensa en Ginebra la doctora Margaret Chan, directora de la OMS.

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Además, las condiciones de venta de esta sangre del mercado negro, agregó Chan, no respetan las normas de bioseguridad ni los estándares de salud pública que garanticen que es sangre segura. De hecho, algunos van más allá, denunciando que especuladores hacen creer a los pacientes que se trata de la sangre de un sobreviviente cuando en realidad no lo es. Y ante un destino casi garantizado de muerte (la letalidad el virus puede llegar hasta un 90%)... ¿quién no querría creer que puede recibir una transfusión salvadora?

Todavía no se sabe exactamente cuánto dinero está moviendo este mercado negro incipiente, pero Chan enfatiza que "hay que trabajar muy cerca con los países más afectados por este brote de Ébola para frenar este negocio de venta de suero, porque en vez de sobrevivir, la persona puede morir".

Al superar la enfermedad y erradicar el Ébola, la persona sana se vuelve inmune a esa cepa (tipo específico) de virus que lo afectó ya que su sangre contiene anticuerpos. Y esos anticuerpos son los que pueden ayudar a los pacientes infectados a sobrevivir.

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De hecho, esta terapia se utilizó aquí en Estados Unidos. El doctor Ken Brantly, el médico samaritano que se infectó con el virus del Ébola trabajando en Guinea y fue tratado en el Hospital de la Universidad Emory en Atlanta, le donó sangre al doctor Rick Sacra, quien contrajo el virus de la misma manera y está siendo tratado en Omaha, Nebraska.

El mismo Brantly había recibido en África sangre de un sobreviviente, antes de regresar a Estados Unidos.

¿Cuál es la diferencia entre estos casos y el mercado negro? La sangre que recibieron estos doctores fue previamente analizada, y sus transfusiones realizadas respetando todas las medidas de seguridad sanitaria y los protocolos médicos que deben seguirse en estos procedimientos.

"No se trata de introducir sangre sana en un paciente y esperar a que cure", explica Médicos sin Fronteras. Estas transfusiones deben ser monitoreadas y formar parte de un plan integral de atención que incluya aislamiento, hidratación, recuperación de fluidos, todo lo necesario para mantener al organismo equilibrado, para que pueda luchar contra el Ébola y sacarlo del cuerpo para siempre.

Hasta ahora, el Ébola sigue evadiendo la mayoría de los tratamientos. Una droga llamada Zmapp se está probando como una alternativa terapéutica, y ya comenzó la prueba de una vacuna preventiva en seres humanos.