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Comer más tras ejercitar no es un "premio"

| Foto: THINKSTOCK

Por ggarcia@holadoctor.net
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Con la satisfacción de la tarea cumplida, muchos deciden comer un poco más ya que han gastado suficientes calorías. Pero es una práctica poco recomendable


A la hora de comer un postre o una porción de torta muchos suelen sentir algún remordimiento, ya que las calorías vacías y el azúcar agregado complotan contra la figura y la buena salud. Sin embargo, ese sentimiento parece disiparse si un rato antes se hizo actividad física. 

En ocasiones el efecto del ejercicio se puede volver contraproducente si se toma como un “permiso” para excederse con algún alimento que no es del todo amigo de la dieta. Disfrutar del ejercicio físico es un gran momento de esparcimiento que además mejora el humor, ya que se segregan endorfinas también llamadas “las hormonas de la felicidad”. 

Un estudio reciente realizado en la Universidad de Cornell demostró que si el ejercicio se toma como una tarea sacrificada, necesita una retribución o premio posterior, como si se tratara de un castigo que hay que contrarrestar con algún beneficio. Esta conclusión se obtuvo tras una investigación en la que participaron 56 adultos que hicieron una caminara de 1,4 millas (2 km) alrededor de un lago.

A algunos se les dijo que se trataba de una caminata recreativa, y a otros que era una caminata deportiva. Después del paseo se invitó a almorzar a los participantes, y los del primer grupo comieron un 35 % más de pastel de chocolate durante el postre que quienes tomaron a la caminata como recreativa. 

En otra prueba, 46 adultos recibieron colaciones después de un paseo a media tarde, y los que pensaban que era una caminata deportiva comieron 206 más calorías de confites M&M, que representa un 124 % más que quienes tla tomaron como un momento de recreación. 


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El hallazgo fue publicado en el journal Marketing Letters, donde Carolina Werle, profesora en la Escuela de Management de Grenoble, en Francia, explica que quienes consideraron su caminata como un ejercicio decían sentirse más fatigados y menos felices. Esto sugiere que algunas personas que están dentro de un programa de ejercicio suben de peso porque recompensan su esfuerzo con algún premio, que en general consiste en comer de más después de entrenar. 

Según Brian Wansink, coautor del estudio y director del Laboratorio de Alimentos y Marcas de Cornell, la clave es hacer del ejercicio una actividad placentera. Hay que hacer todo lo necesario para que el entrenamiento sea divertido, y esto se puede lograr escuchando música, viendo un video o simplemente pensando en las bondades de estar haciendo ejercicio… en lugar de estar trabajando encerrado en una oficina. ¡Cualquier método que dispare una sonrisa puede ayudar a comer menos!, parece asegurar Wansink. 

El National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases de EE.UU. recuerda las ventajas de la actividad física, que además de alejar problemas de salud ayuda a verse y sentirse mejor. Y si bien entrenar puede parecer aburrido, costoso o casi imposible de hacer porque no se tiene el tiempo suficiente, los beneficios merecen que se le busque un pequeño espacio.

Se puede recurrir a una actividad aeróbica como caminar, correr o bailar, y si bien lo recomendable es unos 30 minutos diarios, 5 veces a la semana, con solo 10 minutos de trabajo intenso ininterrumpido ya se están dando los primeros pasos hacia una vida más feliz y saludable. Como propuesta, este Instituto sugiere hacer una caminata diaria de 15 minutos, después del almuerzo o la cena. 

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