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Los mexicanos y el consumo de leche

Shutterstock | Foto: SHUTTERSTOCK

Por vmerlo@holadoctor.net
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En México, la leche entera es el principal lácteo consumido por la población, sin embargo, dado la prevalencia de sobrepeso y obesidad es necesario promover el consumo del producto semidescremado o descremado y así disminuir el aporte de grasas saturadas a la dieta diaria, consideran expertos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).



Puntos Clave

  • Los lácteos aportan 15.4% de las grasas saturadas que a diario consumen los mexicanos.
  • Alertan sobre riesgos de las grasas saturadas contenidas en la leche entera.
  • Se recomienda aumentar la ingesta de productos descremados y semidescremados.


Durante la presentación de los resultados del primer estudio sobre los patrones de “Consumo de productos lácteos en la población Mexicana” basados en la Encuesta Nacional de Salud 2012 (ENSANUT 2012), los investigadores señalaron que el consumo de leche entera está recomendado sólo para niños menores de dos años, pero en México la mitad de las personas de todas las edades que ingieren lácteos se inclinan por este tipo de leche.

Los lácteos aportan 15.4% de las grasas saturadas que a diario consumen los mexicanos y 28% de los azúcares. Lo preocupante de las grasas saturadas contenidas en la leche entera es pueden aumentar los niveles de colesterol y el desarrollo de afecciones cardiovasculares por la acumulación de placas de grasa en las arterias, resaltó el Dr. Juan Rivera Dommarco, director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del INSP.

Refirió que de acuerdo a los datos del estudio, los productos lácteos aportan 36% de las grasas saturadas a quienes los consumen, contra 29% que obtienen las personas no consumidoras de lácteos, por lo que recomendó aumentar la ingesta del producto semidescremado o descremado.

Rivera Dommarco destacó que quienes consumen lácteos presentaron una ingestión significativamente mayor de energía, grasa total, monoinsaturada y saturada, azúcar, calcio, zinc, vitamina A y vitamina D, en comparación con aquellos que no consumen.

Yogurt, una alternativa

Respecto al yogur, los datos indican que su contribución al consumo total de azúcares añadidos fue de 28.3 %, sin embargo, es consumido por sólo el 8.5% de la población mexicana, por lo que su contribución a la energía de la población en general es baja.

Asimismo, se encontró que entre los consumidores del yogur existe una proporción significativamente menor de personas con riesgo incrementado de complicaciones metabólicas por el índice cintura-cadera.


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Los especialistas insistieron en que el yogur, la leche y derivados representan una fuente importante de energía, calcio y vitamina D en la población mexicana. Sin embargo, debe promoverse el consumo de leche y sus derivados bajos en grasa para reducir la ingestión de grasa saturada de la población.

Otro dato interesante reveló que 77% de la dieta de los mexicanos está compuesta por alimentos básicos (cereales, oleaginosas, lácteos, carnes, frutas y verduras) y 23% por calorías discrecionales (botanas y refrescos).

Estas últimas son las que deben reducirse, para que representen sólo 10% del consumo, como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), señaló el investigador. De esa manera, dijo, disminuiría el problema de sobrepeso y obesidad en el país.

Recomendaciones diarias de lácteos

La OMS recomienda la ingesta de dos raciones de lácteos diarias para el adulto, en forma de leche, yogures, queso fresco. Para niños y mujeres embarazadas o en período de lactancia puede ser hasta 1 litro diario de leche o sus derivados.

Peligros de la grasa saturada

De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, la grasa saturada puede elevar el colesterol en la sangre y puede ponerlo a usted en riesgo de sufrir cardiopatía y accidente cerebrovascular. Usted debe evitar o limitar cualquier tipo de alimentos que sean ricos en grasa saturada.

Las fuentes de grasa saturada abarcan productos lácteos de leche entera, como queso, helado y mantequilla. Las grasas animales como la carne de res, la carne de cerdo o el pollo, pero no la mayoría de los pescados, también son una fuente de grasas saturadas. Las fuentes vegetales de grasa saturada abarcan el coco y los aceites de palma. Al mirar la etiqueta de un alimento, préstele mucha atención al porcentaje de grasa saturada.

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