Vacunas covid 19

COVID: ¿quién tiene más probabilidades de rechazar una vacuna?

| Foto: GETTY IMAGES

Por HolaDoctor/HealthDay
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La renuencia a vacunarse contra la COVID-19 entre los adultos estadounidenses se redujo en un tercio en los cinco primeros meses de 2021, según encontró un reciente estudio.

Sin embargo, la desconfianza en las vacunas y el gobierno siguen evitando que muchas personas se vacunen, informa una publicación en HealthDay.

Los investigadores analizaron los datos reunidos de alrededor de 1 millón de estadounidenses al mes entre enero y mayo, como parte de una encuesta nacional en curso sobre la COVID-19.

Se consideró renuentes a la vacunación a las que dijeron que probable o definitivamente no se vacunarían.

¿Quiénes son estas personas?

En términos de los niveles educativos, las personas con una educación de escuela secundaria o inferior mostraron el mayor declive en la renuencia a vacunarse durante el período del estudio, mientras que la renuencia se mantuvo constante entre los que tenían un doctorado, que en mayo constituían el grupo con la mayor renuencia.

La renuencia a vacunarse se redujo en casi todos los grupos raciales, y los mayores descensos se observaron entre las personas negras y las de las Islas del Pacífico. En mayo, se habían unido a los hispanos y asiáticos en tener una renuencia a vacunarse más baja que las personas blancas.

Los condados con un mayor respaldo a Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2020 tuvieron unas tasas más altas de renuencia, y la diferencia en la renuencia entre las áreas con un respaldo alto y bajo a Trump aumentó durante el período del estudio, mostraron los hallazgos.

"Este hallazgo de verdad resalta la politización de las recomendaciones de salud pública", comentó Wendy King, profesora asociada de epidemiología de la Universidad de Pittsburgh, y autora del estudio.

Robin Mejía, otra de las autoras, dijo que "lo preocupante es que hay un subconjunto de la población que tiene unos niveles fuertes de renuencia, es decir, rehúsan ponerse la vacuna, no tienen una preocupación potencial al respecto, y el tamaño de este grupo no está cambiando".

Mejía forma parte de un grupo especial de la facultad del Colegio de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad de Carnegie Mellon.

"Sigo preocupada sobre cómo llegar al subgrupo más renuente de estadounidenses. La única forma de acabar con esta pandemia de verdad es que suficientes personas se vacunen, para que podamos reducir la velocidad de propagación de las nuevas variantes", añadió Mejía.


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No confiar en la vacuna y no confiar en el gobierno fueron motivos comunes para no vacunarse entre los más renuentes, mientras que las personas menos renuentes fueron más propensas a decir que deseaban esperar a ver si las vacunas eran seguras, apuntaron los investigadores en un comunicado de prensa de la Universidad de Pittsburgh.

King apuntó que "en todos los demás niveles de la intención de vacunación, vimos un cambio con el tiempo. La falta de cambio en la prevalencia del grupo de 'definitivamente no' implica que es probable que los que tienen unos sentimientos fuertes respecto a las vacunas no cambien con facilidad. Pensar sobre cómo llegar a ese grupo, y tener mensajes e incentivos a los que ese grupo responda, es importante".

El informe se publicó en línea el 23 de julio en el sitio web preimpresión medRxiv, y todavía no ha sido revisado por profesionales.

Por qué es necesario vacunarse

La vacunación masiva genera lo que se llama una inmunidad colectiva, es decir, a mayor cantidad de personas vacunadas, mayor es la protección contra el virus.

La vacunación protege al vacunado, protege a otros, y logra que la circulación del virus se debilite, porque deja de encontrar organismos a los que infectar.

Las vacunas disponibles contra la COVID-19 protegen hasta un 95% y más de contraer el coronavirus y desarrollar la enfermedad.

La información existente hasta el momento, producto de las investigaciones científicas, muestra que, si la persona se vacuna y de todas formas se infecta, tendrá un menor riesgo de desarrollar una forma grave de la enfermedad.

Esto se debe a que la vacuna contiene sustancias que actúan neutralizando la acción de una proteína que ayuda al coronavirus a infectar el cuerpo humano. Además, al inmunizarse, el cuerpo se queda con un suministro de linfocitos T y linfocitos B que recordarán cómo combatir a este virus en el futuro.

Si bien las vacunas pueden causar efectos secundarios, como dolor en el brazo y algo de fiebre, esto significa que han empezado a actuar en el organismo, y es una señal de que el cuerpo está desarrollando inmunidad.