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Cómo se puede tratar el melasma

| Foto: ISTOCK

Por Tomás Vicente
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Puntos Clave

  • El melasma es un trastorno de pigmentación que causa la aparición de manchas marrones o grises en la piel, principalmente en el rostro.
  • Un dermatólogo determinará cuál es la mejor opción para tratarla, entre las opciones más comunes se encuentra: hidroquinona, corticosteroides, exfoliación química o tratamiento láser.
  • Para prevenir el melasma es importante disminuir la exposición a la luz del sol, usar protectores solares, y evitar lámparas solares, y camas o salones de bronceado.
  • También se debe mantener una dieta saludable, especialmente rica en vitamina D.


El melasma, también llamado paño o cloasma, es una afección que se caracteriza por la aparición de parches oscuros en la piel.

Si bien no provoca ningún otro síntoma físico, para muchas personas puede resultar molesto y afectar su autoestima. Afortunadamente existen distintos tratamientos para reducir el melasma. Conoce aquí cuáles y qué puedes hacer para prevenir esta afección.

¿Qué es el melasma?

El melasma es un trastorno de pigmentación que causa la aparición de manchas marrones o grises en la piel, principalmente en el rostro.

Solo el 10% de todos los casos de melasma ocurren en hombres, siendo las mujeres con tez más oscura o que están embarazadas las que presentan un mayor riesgo de desarrollarlo. Por este motivo, se suele llamar al melasma "máscara del embarazo".

Esta afección suele afectar el rostro, especialmente el puente de la nariz, la frente, mejillas y labio superior. Sin embargo, también puede afectar los antebrazos, cuello y hombros, y en menor medida, otras zonas del cuerpo que comúnmente están expuestas a la luz solar.

Aunque los profesionales de la salud no comprenden por completo cuál es la causa del melasma, señalan que puede deberse al mal funcionamiento de los melanocitos, es decir, las células encargadas de producir pigmentos.

Por ello, las personas con tez oscura (con más melanocitos) tienen mayor riesgo de melasma. Otros factores que también pueden influir en su aparición son:

  • Cambios hormonales, como los que ocurren durante el embarazo, en tratamientos con hormonas o cuando se toman píldoras anticonceptivas.
  • Exposición excesiva al sol.
  • Tener antecedentes familiares de melasma.
  • Usar determinados productos para el cuidado de la piel que causan irritación.

¿Cómo tratar el melasma?

El melasma puede parecerse a otras afecciones cutáneas, por lo que, aunque puede diagnosticarse mediante un examen visual, en algunos casos se puede recurrir a una biopsia. Esta consiste en extirpar una pequeña porción de piel para realizar un análisis en laboratorio.

Una vez identificada la afección, el dermatólogo determinará cuál es la mejor opción para tratarla. Entre las más comunes se encuentra:


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  • Hidroquinona: suele ser la primera opción para combatir el melasma. Se encuentra en forma de loción, gel o crema, que se aplica sobre la zona afectada. Actúa durante la noche aclarando la piel que tiene un exceso de pigmentación.
  • Tretinoína: es otra crema que se usa para aclarar la piel. En algunos casos se puede usar junto a la hidroquinona.
  • Corticosteroides: se presenta en forma de cremas o lociones, y ayuda a aclarar el color de los parches provocados por el melasma. Debe usarse en pequeñas cantidades para evitar efectos secundarios a largo plazo.
  • Ácido azelaico o kójico: son otros tipos de medicamentos tópicos que actúan aclarando las áreas oscuras de la piel causadas por el melasma.
  • Exfoliación química o microdermoabrasión: consiste en eliminar las capas superficiales de la piel oscurecida. Se realiza en varias sesiones separadas por largos períodos de tiempo para evitar lesiones.
  • Tratamiento láser: consiste en sesiones de láser a baja potencia para aclarar progresivamente la zonas de la piel afectadas.
  • Terapia de luz: consiste en usar una luz de amplio espectro que genera calor sobre la zona hiperpigmentada para eliminarla.

¿Cómo prevenir el melasma?

Si bien los tratamientos antes desarrollados pueden ser de ayuda, no siempre funcionan para todos los casos. Además, el melasma puede reaparecer incluso después de un procedimiento exitoso.

Los expertos coinciden en que la mejor forma de combatir el melasma es previniéndolo, para ello, ten en cuenta estas medidas:

  • Disminuir la exposición a la luz del sol: usa prendas como sombreros, camisetas de manga larga, faldas largas o pantalones, y evita la exposición durante el mediodía, ya que es el momento en que la luz ultravioleta es más intensa.
  • Usar protectores solares durante todo el año (incluido invierno): preferiblemente utiliza protectores de alta calidad con un factor de protección solar (SPF) de por lo menos 30. También se aconseja optar por protectores de amplio espectro que bloqueen la luz UVA y UVB. Recuerda aplicarlo antes de salir y cada dos horas aproximadamente mientras estás expuesto al sol.
  • Evitar lámparas solares, y camas o salones de bronceado.

Ten en cuenta que la exposición solar es más fuerte en o cerca de superficies que reflejan la luz, como agua, arena, concreto y áreas pintadas de blanco. Además, los rayos solares son más fuertes al inicio del verano y la piel se quema más rápido en altitudes mayores.

Con respecto a la alimentación, actualmente no existe evidencia científica sobre alimentos o bebidas que alivien los efectos del melasma. Sin embargo, los expertos aconsejan incluir en la dieta alimentos beneficiosos para la salud de la piel en general, especialmente aquellos ricos en vitamina D:

  • Carne.
  • Champiñones.
  • Huevos.
  • Leche.
  • Naranjas y sus jugos.
  • Pescado.
  • Yogur.

Para recordar:

Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, las personas interesadas en utilizar terapias a base de hierbas y suplementos deben tener mucho cuidado.

No abandones ni modifiques tus medicamentos o tratamientos, antes habla con el doctor sobre los potenciales efectos de las terapias alternativas o complementarias.

Recuerda, las propiedades medicinales de las hierbas y suplementos también pueden interactuar con los fármacos recetados, con otras hierbas y suplementos, e incluso alterar tu dieta.

Fuentes consultadas: Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel.