Sistema inmunitario

Esclerosis múltiple: mitos y verdades sobre esta afección

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Por Tomás Vicente
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Puntos Clave

  • A pesar de su incidencia, la esclerosis múltiple (EM) es una afección que suele mal entenderse.
  • Cabe destacar que no es una enfermedad fatal, no solo afecta la movilidad, no es contagiosa, no solo afecta a los adultos mayores, ni tampoco interfiere con el embarazo.
  • Si bien no hay una cura para la EM, existen terapias, nuevas tecnologías, e incluso recursos comunitarios que ayudan en el manejo de sus síntomas.


La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad crónica que afecta el cerebro y la médula espinal.

Es una de las principales causas de discapacidad neurológica de origen no traumático en los adultos jóvenes, se estima que afecta a entre 2.3 y 2.5 millones de personas en todo el mundo. A pesar de esto, es una afección suele mal entenderse. Aquí repasamos los principales mitos a su alrededor.

Mito 1: La EM siempre es fatal

La EM es una afección de por vida, pero esto no significa necesariamente que sea fatal. Existe evidencia que señala que tener EM puede llegar a reducir la esperanza de vida de una persona en alrededor de siete años.

Sin embargo, también se ha registrado que en los últimos años el promedio de vida de las personas con EM parece estar aumentando lentamente. Esto se debe a que los expertos continúan investigando y desarrollando nuevos tratamientos para esta enfermedad, lo que ayuda a que la EM tenga un efecto cada vez más reducido sobre la vida de las personas.

Mito 2: La EM es causada por una lesión

La EM es una enfermedad autoinmunitaria, en la que sistema inmunitario destruye la sustancia grasa que recubre y protege las fibras nerviosas del cerebro y la médula espinal (mielina), haciendo que los mensajes enviados a través de esa fibra nerviosa sean más lentos o se interrumpan.

Actualmente, se desconoce la/las causa/s de la EM, no se sabe por qué se manifiesta en algunas personas mientras que en otras no. Los investigadores sostienen que puede deberse a una combinación de factores genéticos y ambientales.

Mito 3: La EM es una afección contagiosa

Esto es falso, en ningún caso la EM es contagiosa.

Mito 4: La EM solo afecta la capacidad de caminar

Esto no es cierto. Los signos y síntomas de la EM pueden ser muy distintos de una persona a otra, e incluso durante el transcurso de la enfermedad. Esto se debe a la ubicación de las fibras nerviosas afectadas. Generalmente, los síntomas incluyen problemas de movilidad, como:

  • Entumecimiento o debilidad en una o más extremidades que se produce típicamente en un lado del cuerpo a la vez, o en las piernas y el tronco.
  • Sensaciones de choques eléctricos que se producen con ciertos movimientos del cuello, especialmente, al inclinarlo hacia adelante.
  • Temblores, falta de coordinación o marcha inestable.

Sin embargo, también pueden ocurrir problemas de la vista, como pérdida de visión (parcial o completa), o visión borrosa o doble, problemas sexuales, hablar arrastrando las palabras, fatiga, mareos, ansiedad, depresión o dificultad para tragar.

Mito 5: Solo los adultos mayores desarrollan EM

Al contrario, la mayoría de las personas con EM experimentan sus primeros síntomas entre los 20 y 40 años, aunque es una enfermedad que puede aparecer a cualquier edad.

Mito 6: Las personas con EM no deben quedar embarazadas

Un mito muy extendido es que la EM puede obstaculizar los esfuerzos para quedar embarazada y causar problemas durante el embarazo, sin embargo, esto no es más que un mito.

Los expertos aseguran que, si una persona tiene EM, esto no significa que sea más probable que experimente un aborto espontáneo o anomalías en el parto. A su vez, el embarazo no aumenta el riesgo de que los síntomas de la EM empeoren a largo plazo.


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Mito 7: Las personas con EM no pueden trabajar

Este es otro mito muy extendido, pero lo cierto es que las personas con EM normalmente continúan trabajando mucho tiempo tras recibir el diagnóstico.

En algunos casos pueden decidir dejar sus trabajos, generalmente tras experimentar su primera exacerbación importante, pero ciertas autoridades, como la Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple, señalan que es una decisión que suele tomarse a la ligera, en un momento en el que el desconocimiento en torno a la sintomatología puede influir en el juicio.

Actualmente, existen terapias, nuevas tecnologías, e incluso recursos comunitarios que ayudan en el manejo de los síntomas, permitiendo que las personas mantengan sus empleos.

Incluso un trabajo regular brinda beneficios para las personas con EM, ya que, además de ofrecer seguridad financiera, puede aportar bienestar físico y mental.

Mito 8: Las personas con EM no deben hacer ejercicio

Por la sintomatología de la EM se puede llegar a creer que se debe evitar el ejercicio, pero lo cierto es que los investigadores señalan que la actividad física es beneficiosa para esta afección, principalmente porque ayuda a controlar muchos de sus síntomas, a partir de mejorar la fuerza y el equilibrio.

Dependiendo la fase de la EM, será necesario un programa de ejercicios supervisado, para evitar cualquier tipo de problema.

Mito 9: La EM se puede curar

Últimamente se han difundido (principalmente a través de Internet) muchos productos que aseguran ser efectivos para curar la EM. Los profesionales afirman que esto no es más que publicidad engañosa, ya que, hasta la fecha, no hay una cura para esta afección.

Sin embargo, existen distintos tratamientos cuyos objetivos son detener el progreso de la enfermedad, controlar sus síntomas y ayudar a la persona a mantener una calidad de vida normal.

Mito 10: Si los síntomas son leves, no se necesita tratamiento

Los profesionales de la salud señalan que, incluso si los síntomas de la EM son leves, es importante recibir tratamiento. Durante las primeras fases es posible que la afección no cause demasiados problemas, sin embargo, el tratamiento temprano y el seguimiento a largo plazo ayudan a retrasar la progresión de la enfermedad.

Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple.