Cancer

Cáncer de seno: amigas por la quimioterapia

Por Pan-American Life
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La vida cambió para estas dos mujeres a mediados del 2014. Y no sólo porque se les diagnosticó cáncer de seno, sino porque durante las largas sesiones de quimioterapia nació una amistad que las ayudó a continuar los tratamientos con fortaleza, a superar mastectomías y a enfrentar el mundo y sus adversidades de otra manera. Pero algo que las unió más aún fue una increíble coincidencia médica...



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La vida cambió para estas dos mujeres a mediados del 2014. Y no sólo porque se les diagnosticó cáncer de seno, sino porque durante las largas sesiones de quimioterapia nació una amistad que las ayudó a continuar los tratamientos con fortaleza, a superar mastectomías y a enfrentar el mundo y sus adversidades de otra manera. Pero algo que las unió más aún fue una increíble coincidencia médica...

Marnobia Edith Juárez Orozco (arriba, izquierda), de 45 años y originaria de Guatemala, y Santana Flores (a su lado), inmigrante de El Salvador,  de 49 años, no sabían una de otra hasta el año pasado.

Las dos recibieron la noticia de que padecían cáncer de seno, Marnobia en mayo, Santana en octubre, pero para la primera no fue una sorpresa. 

"Mi mamá murió de cáncer de seno y yo comencé a hacerme la mamografía antes de los 40 años. Siempre dieron normal, y el único año que me salteé la prueba, fue cuando apareció una bolita en mi seno derecho", contó Marnobia en una charla con HolaDoctor durante la jornada de concientización realizada el viernes 23 de octubre en CASA de Maryland, una organización pro inmigrante que funciona en ese estado. 

Para Santana, por el contrario, fue un diagnóstico inesperado, fuera de agenda, que la sorprendió tras la biopsia de un bulto en su seno izquierdo. 

Las dos comenzaron quimioterapia, y en esas sesiones se conocieron. "Nació una amistad", afirmó Santana mirando con afecto a su compañera de ese viaje médico, complejo, doloroso que inician más de 224,000 mujeres cada año, los nuevos casos anuales según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).

"Desde entonces, si nos decaemos, una llama a la otra para obligarla a salir de la casa, a caminar, a ir al médico", describió Marnobia. Cada una prácticamente puede recitar la historia médica de la otra, resultados de análisis y seguimientos médicos. 

Una increíble coincidencia consolidó el lazo: a las dos las operaron el mismo día —el 14 de diciembre de 2014—, en el mismo lugar, el Adventist Hospital, en Takoma Park, Maryland. 

Marnobia (arriba, señalando el dibujo explicativo de un seno) tuvo una mastectomía y en la misma operación le reconstruyeron el seno. A Santana le hicieron una mastectomía, pero decidió no tener reconstrucción. "Me siento bien así, no extraño mi seno", aseguró sonriendo.

Ambas vivieron momentos límite. Marnobia pasó por 16 sesiones de quimioterapia y 33 sesiones de radiación, y ahora está tomando la droga tamoxifeno por 10 años. Santana tuvo casi la misma cantidad de sesiones en ambos tratamientos.


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Y sí, ambas perdieron el pelo. Las dos se resistieron a las pelucas, tal vez para alguna foto, y prefirieron los pañuelos y "la pelona, al natural".

Marnobia tiene 3 hijos y 2 nietos, y Santana 3 hijos y 6 nietos. Sienten que por ellos, y gracias a Dios, la vida les ofreció una segunda oportunidad. 

Según la Asociación Americana del Cáncer (ACA, por sus siglas en inglés), el de seno es el tipo de cáncer más frecuente entre las mujeres hispanas, con unos 17,000 casos al año (de los cerca de 50,000 que se diagnostican). Entre los factores de riesgo de la comunidad que enumera la entidad están: menos acceso a mamografías, y a atención médica en general —lo que hace que los diagnósticos ocurran cuando el cáncer ya está avanzado y sea más difícil de tratar— menopausias más tardías y sobrepeso.

A las barreras económicas y culturales, se suma la confusión que genera la controversia sobre cuándo comenzar con las mamografías. La última recomendación de la ACA indica que la edad de inicio para las mujeres sin antecedentes familiares sea los 45 años. 

"Pero las directivas para las mujeres que tienen antecedentes familiares no cambió: deben hacerse la primera mamografía 10 años antes del momento en que la madre haya sido diagnosticada. Por ejemplo, si una mamá tuvo cáncer de seno a los 35, su hija deberá iniciar la rutina de mamografías anuales a los 25", explicó el doctor Eduardo Souchon, oncólogo y cirujano en el University of Texas Health Science Center en Houston y en el Harris Health System, en charla con HolaDoctor.

Norma Martínez, coordinadora de alcance comunitario en CASA de Maryland, asegura que "trabajar en la detección temprana del cáncer de seno es una satisfacción muy grande porque por cada mujer educada sobre cáncer de seno, significa una mujer menos con riesgo de padecerlo".

Para Marnobia y Santana, el mensaje para las hispanas es simple: "no tengan miedo de conocer sus cuerpos. Hablen con sus médicos primarios. No dejar pasar el tiempo y cuidarse". Y recordar que, aunque octubre es el mes de concientización del cáncer de seno y es cuando más se habla del tema, esta enfermedad puede manifestarse en cualquier momento.

Y afirman casi a coro: actuar a tiempo puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

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