Cerebro y sistema nervioso

Los chicos aprenden con elogios más que con retos

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Por Lic. Verónica Wolman, psicóloga.
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Con una herramienta diagnóstica en tiempo real, como lo es un equipo de resonancia magnética, los neurólogos de hoy en día pueden ver en el momento la forma en que se comporta el cerebro ante diferentes estímulos.





Una investigacion de la Universidad de Leiden, en Holanda, ha justamente documentado qué sucede con el cerebro de los chicos ante diferentes estímulos como la aprobación o desaprobación que los niños reciben respecto a su trabajo. 

En esa investigación, los expertos pudieron demostrar que los niños de entre 8 y 9 años aprenden con elogios más que con las críticas, ya que a través de lo que se ve en una resonancia magnética cerebral, se pudo ver que los comentarios negativos son rápidamente olvidados por los chicos y no dejaban huella en la resonancia.

Ya en la pubertad,  entre los 11 y 13 años es cuando, según los investigadores, los chicos empiezan a aprender de sus propios errores y por lo tanto, se vuelven sensibles a la crítica de los adultos.

El lóbulo frontal del cerebro, la parte de adelante de la masa cerebral, debajo de la frente, es el encargado entre otras cosas de las funciones conductuales, del autocontrol y de la evaluación de las consecuencias de los actos completa su desarrollo hacia los  12 años, explica en un informe el doctor Paul Thompson del Departamento de Investigación de Neuroimágenes de la Universidad de California.

"Esto explicaría por qué el desarrollo cognitivo del cerebro de los chicos más grandes muestra una activación con las respuestas negativas, mientras que en los más chiquitos las reacciones se veían sólo con los estímulos positivos", agrega.

Las imágenes cerebrales de los niños menores 8 años no mostraron ninguna reacción ante las críticas o reprobación de los padres, mientras que respecto a los elogios, los investigadores pudieron detectar unas manchas de reacción en la resonancia magnética realizada.

Antes se creía que los niños son una especie de hoja en blanco en la que se inscriben todas las vivencias y aprendizajes, el padagogo francés Jean Piaget es uno de los que ha fomentado esta idea. 

Sin embargo, cada vez más los neurólogos han logrado documentar que por ejemplo los bebés tienen formado un concepto numérico básico y de tamaño de las cosas también. Ahora incluso se sabe que los niños desarrollo del sentido del lenguaje incluso antes de poder hablar.

Otra investigación

Un estudio de la Universidad de Chicago ha llegado a la conclusión que los elogios para que sean efectivos deben ser dirigidos más a las acciones del niño que a su persona.

En estudios de laboratorio realizado por expertos de la Universidad de Chicago y publicado en una edición reciente de la revista Child Development, se filmaron a 53 niños de 14-38 meses de edad y a sus padres mientras interactuaban con ellos en su casa durante 90 minutos. 

Para la investigación se analizaron los casos en que los padres elogiaban a los niños según el esfuerzo y sus acciones sin tener en cuenta en el estudio el nivel de intelgencia del menor. 


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Después de cinco años, los investigadores volvieron a evaluar a los niños y a filmarlos y los clasificaron según si habían sido elogiados previamente por sus estrategias, el esfuerzo y la acción o por sus cualidades positivas.

La investigación concluyó las actitudes más positivas en los pequeños se dieron en los casos en que los padres elogiaron sus acciones y no sus características personales. 

En otras palabras, tuvieron mejor reacción y una mayor capacidad para vencer obstáculos los niños a los que se les dijo por ejemplo "que lindo este dibujo que hiciste" a  los que escucharon"qué lindo que sos".

A elogiar también se aprende

Los elogios deben ser genuinos, deben surgir de la observación y de comportamientos reales y concretos del niño, de sus logros y habilidades y cuanto más concretos sean más efecto tendrán sobre ellos. Es mucho mejor decirles "qué lindo dibujo hiciste" que decirle simplemente "buen trabajo".

De esta forma, estimulamos las conductas positivas y les decimos explícitamente lo que nos ha gustado en particular del tema.

Otro de los puntos importantes es no poner presión a los niños. Si elogiamos un dibujo por ejemplo,  debemos asegurarnos que el niño no sentirá una presión o exigencia a la perfeccción por ejemplo. Nuestro elogio no debe implicar que en el futuro tenemos una expectativa de algo mejor. Por ejemplo, elogiamos el dibujo pero evitamos decirle "la próxima fijate si podes colorear sin pasarte de las rayas o copiando los colores exactos del modelo".

Por  último, ten en cuenta que todos nuestros comentarios deben ser emitidos en un contexto de amor y cariño, es muy importante que nuestros hijos sientan el afecto incondicional que nos une a ellos y que cuentan con nosotros para todo, lo que fortalece la imagen de sí mismo y por ende, su autoestima.

Los elogios no deben ser exagerados ni sobreestimados, cuanta más relación y consistencia tenga con los hechos mejores efectos tendrán en los niños.

Ahora queda en manos de los educadores poder aplicar estos conocimientos a implementar tácticas pedagógicas que puedan potenciar la capacidad de aprendizaje de los niños y brindarles la confianza en sí mismos que necesitan para crecer y desarrollarse.

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