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Según un estudio reciente, quienes consumen estatinas para controlar sus niveles de colesterol podrían sentir una falsa sensación de seguridad que los lleva a excederse con las comidas grasas, que están llenas de calorías y son un riesgo para la salud. Este medicamento se prescribe para reducir el colesterol, y para prevenir enfermedades cardiovasculares. 

La investigación fue dirigida por el doctor Takehiro Sugiyama, del Centro Nacional para Salud y Medicina Global de Tokio, mientras se encontraba trabajando en la Universidad de California, en Los Ángeles (UCLA). El trabajo fue publicado recientemente en el journal de medicina interna JAMA. 

Los expertos compararon la ingesta de calorías y el consumo de grasas y midieron el peso corporal y el IMC (índice de masa corporal) de usuarios de estatinas y de personas que no las consumían. Los datos se recabaron de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición y comprendieron un período de 10 años, y se dividieron a en tres grupos: personas de 20 a 39 años, de 40 a 59 años y mayores de 60.

Según la información obtenida, la ingesta de calorías y grasas en los años 1999 y 2000 fue menor entre quienes tomaban estatinas que entre quienes no lo hacían (2,000 calorías diarias y 71,7 % de grasas vs. 2,179 calorías diarias y 81,2 % de grasas). Hacia 2009 y 2010 el valor de calorías diarias en quienes tomaban estatinas subió un 9,6  % y el de grasas un 14,4 %. También aumentó el peso corporal de este grupo de participantes. 

Según Sugiyama, líder del estudio, quienes toman estatinas checan sus niveles de colesterol regularmente, y podrían llegar a suponer que no necesitan restringir su dieta. Pore ello los doctores deberían reforzar el mensaje de que es necesario controlar lo que se come.

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El experto opina que hacen falta más estudios a largo plazo, para averiguar si los usuarios de estatinas comen más porque se sienten “protegidos” o porque eran más propensos a comer y pesar más antes de empezar el tratamiento. De todos modos, a juzgar por los resultados, Sugiyama sostiene que se podría pensar que en el futuro, los usuarios de estatinas comerán y pesarán más que quienes no las toman, y esto puede malograr el efecto del medicamento en el control del colesterol. 

En EE.UU. hay millones de personas que toman medicacion para controlar el colesterol. Según las guías de la Asociación Americana del Corazón publicadas en noviembre, cada vez hay más personas que deberían consumir estatinas como medida preventiva.