Obesidad

Contra el gen de la obesidad ¡ejercicio!

| Foto: ISTOCK

Por HealthDay / HolaDoctor
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Aunque tengas la obesidad "en los genes", el ejercicio regular puede ayudar a evitar que tengas peso de más. La conclusión se desprende de nuevas investigaciones que probaron que la actividad física reducía en alrededor de un tercio el riesgo de obesidad.

Los estudios muestran que las personas con una variante particular del  gen de la obesidad, llamado  FTO, tienen un mayor riesgo de obesidad.

Pero los efectos del gen no son inmensos, ni inevitables. La investigación ha encontrado que las personas que portan dos copias de la variante FTO (una heredada de cada progenitor) pesan unas 6.5 libras (casi 3 kilos) más, en promedio, que las que no las portan.

Los nuevos hallazgos subrayan una forma de contrarrestar el impacto del gen: hacer ejercicio.

Los genes no son el destino

"Hay genes que parecen tener un impacto directo en el peso, pero los efectos son pequeños", apuntó la investigadora líder, Mariaelisa Graff, de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill. "Se siguen teniendo muchas opciones respecto a la conducta".

Los resultados del estudio no son exactamente sorprendentes, según el Dr. Timothy Church, un investigador de la obesidad que no participó en el estudio.

"Esto muestra una vez más que los genes no son el destino", dijo Church, profesor de medicina preventiva en el Centro de Investigación Biomédica Pennington de la Universidad Estatal de Luisiana.

Church dijo que el ejercicio regular es particularmente importante para prevenir el aumento excesivo de peso en primer lugar, y para evitar recuperar el peso después de haberlo perdido.

El ejercicio es menos efectivo para ayudar a las personas obesas a perder peso, señaló Church. En ese caso, los cambios en la dieta son esenciales.

Pero la moraleja es que el ejercicio es importante, independientemente de los genes, según el Dr. Chip Lavie, del Instituto Cardiaco y Vascular John Ochsner, en Nueva Orleáns.

Lavie, que no participó en el estudio, apuntó a hallazgos de su propia investigación.

"Hemos publicado datos que sugieren que la principal causa de la obesidad creciente a lo largo de las últimas cinco décadas es el declive dramático en la actividad física", observó.

Dejando de lado las membresías en los gimnasios, hoy en día los estadounidenses son menos activos en el trabajo, en casa (mediante las tareas del hogar) y durante el tiempo de ocio, según Lavie.

Y los beneficios del ejercicio van más allá del control del peso, enfatizó. La actividad física mejora los niveles de aptitud de las personas, lo que, según Lavie, es esencial para prevenir la enfermedad cardiaca y vivir una vida más larga y sana.


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Los nuevos hallazgos se basan en más de 200,000 adultos, la mayoría de ascendencia europea, que participaron en estudios de salud anteriores.

Graff y sus colaboradores analizaron información sobre su peso y sus hábitos de ejercicio, y observaron cómo esos factores "interactuaban" con 2.5 millones de variantes genéticas.

Y en general, su equipo encontró que las personas activas que portaban la variante del FTO vinculada con la obesidad parecían ser más resistentes a sus efectos que las sedentarias.

En promedio, el ejercicio debilitó los efectos de la variante en más o menos un 30 por ciento, reportaron los investigadores en la edición del 27 de abril de la revista PLOS Genetics.

Hubo ciertas pistas de que el ejercicio también afectaba a otros genes relacionados con el peso. Pero la única relación clara fue con la variante del FTO, según Graff.

Anotó que se podría estar relacionado con la forma amplia en que el estudio examinó el ejercicio. Se consideró que el 23 por ciento de las personas que eran menos activas eran "inactivas", mientras que todas las demás se consideraron como "activas".

Church dijo que cree que la investigación sobre la genética del peso corporal se hará cada vez más útil.

Si ciertas variantes genéticas afectan a la respuesta de las personas a una dieta baja en carbohidratos o al ejercicio aeróbico, por ejemplo, eso podría ayudar a "personalizar" los planes para perder peso, sugirió.

"La ciencia evoluciona con rapidez", comentó Church, "y falta mucho por aprender. Pero creo que esto va en esa dirección".

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