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Nuevos estudios científicos confirman la importancia del uso de los refuerzos bivalentes contra COVID para prevenir la enfermedad grave y eventualmente la muerte, a causa de esta infección. Estas investigaciones han comprobado que las vacunas renovadas sí actúan contra las nuevas variantes del coronavirus, como la XBB.1.5.

Ante la sólida evidencia, la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de los Estados Unidos está considerando finalmente una estrategia de la que se está hablando hace tiempo: tener vacunas estacionales contra COVID que, como la de la influenza, se reformulan cada temporada para funcionar contra las nuevas cepas.

El trabajo de la FDA se basa en estudios científicos y en el análisis de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos. Los hallazgos del análisis de datos de pruebas de farmacias nacionales mostraron que una dosis de refuerzo de ARNm bivalente brindaba protección adicional contra la infección sintomática por las variantes XBB/XBB.1.5 durante al menos los primeros tres meses después de la vacunación en personas que habían recibido previamente 2, 3 o 4 dosis de vacunas monovalentes. 

Los CDC enfatizan que todas las personas, a toda edad, deben mantenerse al día con las vacunas contra COVID-19 recomendadas, y recibir una dosis de refuerzo bivalente cada vez que vuelvan a ser elegibles.

Aunque el análisis de los CDC no tomó en cuenta infecciones previas por COVID-19, que también otorgan inmunidad, se comprobó que los refuerzos actualizados reducen a la mitad el riesgo de infección sintomática para la mayoría de los adultos, y en un tercio para los adultos de 65 años y más. 

Un estudio previo observó que los refuerzos bivalentes brindaban una protección adicional sustancial contra la infección grave por ómicron en personas que habían sido vacunadas o que habían recibido sus refuerzos anteriormente, aunque la eficacia disminuyó con el tiempo. La eficacia de los refuerzos bivalentes fue mayor que la de los refuerzos monovalentes. 

La diferencia entre la eficacia de ambas vacunas fue abrumadora. Para las personas de 12 años en adelante que recibieron la vacuna monovalente, la protección contra la enfermedad grave y la hospitalización fue del 25%, mientras que la eficacia de la vacuna bivalente fue del 58,7%.

La efectividad de las vacunas en el escenario clínico de enfermedad grave y muerte, fue de 24.9% en el caso de la vacuna monovalente, y 61.8% para el refuerzo bivalente.

Para mediados de 2022, el 70% de la población de Latinoamérica y el Caribe estaba inmunizada con las dos dosis iniciales de la vacuna contra COVID. La intención de vacunación (la medida de la aceptación de las vacunas y la decisión de vacunarse) se ha mantenido alta en la población en general en la región, incluidos los refuerzos, pero ha sido consistentemente baja entre los adultos adultos mayores y embarazadas.

En total, se utilizan en distintas campañas de vacunación a nivel global 30 vacunas diferentes: las más efectivas para prevenir la infección son las producidas con la tecnología de ARNm.

La globalización de la vacuna estacional contra COVID-19 es la siguiente meta de salud pública.

A nivel mundial, se informaron casi 1,9 millones de casos nuevos de COVID-19, y más de 12,000 muertes, en la semana del 16 al 22 de enero de 2023, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

NOTA: Esta historia se produjo utilizando contenido del estudio o informe original, y de otras investigaciones médicas y fuentes de salud, y salud pública, destacadas en enlaces relacionados a lo largo del artículo.