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Mientras la artista Paulina Rubio daba un paseo en bicicleta por las calles de Miami junto a su novio Gerardo Bazua, un fotógrafo apareció para captarlos, lo que desató la furia de la mexicana, quien no dudó por un instante y se le fue a los arañazos.

Al llegar la policía, tomó las declaraciones de ambas partes. “Pau” sostuvo a los oficiales que fue el mismo fotógrafo quien inició el pleito.

Ante este desliz de la jueza del programa The X Factor es normal que surja la siguiente pregunta: ¿porqué nos volvemos explosivos? Según la Biblioteca Nacional de Medicina, puede deberse a distintos factores.

Por una parte, las hormonas pueden causar cambios de humor y emociones confusas, por el otro, el estrés también puede influir. La personalidad también toma un rol importante ya que hay quienes pueden sentir las emociones de forma impulsiva y así pierden el control, como ocurrió con la intérprete de “Algo de ti”.

Es válido que de vez en cuando uno saque el coraje y se enoje, pero hacerlo frecuentemente no es nada bueno para tu estado de ánimo ni para tu organismo.

El enojo es una reacción biológica del organismo y un medio de defensa adecuado. El organismo manifiesta varios cambios cuando se enfrenta a la ira, como respiración acelerada, incremento en el flujo sanguíneo, tensión de músculos, así como una sensación o deseo de golpear o romper algo.

De acuerdo con algunos investigadores, cuando alguien se enoja suelen experimentar un desgaste las células. El problema viene cuando éstas se dividen de manera más rápida y ocasionan que las terminales celulares se acorten, lo que podría originar daños cerebrales irreparables.

Por si esto no fuera suficiente, estudios revelan que cuando una persona pierde el calma se provocan cambios eléctricos en el corazón. Si sucede con mucha frecuencia, en un futuro podría desencadenarse en el paciente una arritmia o un colapso cardiaco, episodios que más tarde podrían acabar con tu vida.

Si quieres dominar tu enojo la Biblioteca Nacional de Medicina sugiere seguir cinco sencillos pasos:

1) Identifica el problema. Comienza por preguntarte: ¿Qué me hace enojar?, ¿qué es lo que siento y por qué?

2) Piensa en posibles soluciones antes de responder. Pregúntate: ¿Qué puedo hacer? Piensa en tres opciones.

3) Considera las consecuencias de cada elección. Piénsalo bien.

4) Toma una decisión. Escoge una de las alternativas que te planteaste.

5) Revisa su progreso. Pregúntate: ¿Cómo lo hice? ¿Las cosas salieron cómo lo esperaba? Seguir estos pasos estando enojado no suena tan fácil, pero comenzar a practicarlos depende de ti.

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