Anticonceptivos

Aborto con píldoras, por correo

Por Phil Galewitz, Kaiser Health News
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En un momento en que el acceso al aborto está siendo restringido en muchos frentes, sus defensores dicen que  terminar un embarazo a través de la telemedicina y los medicamentos por correo sería una nueva opción para las mujeres. Los opositores al aborto encuentran el concepto peligroso y profundamente inquietante.

La idea se basa en una tendencia que está ayudando a las mujeres a obtener control de la natalidad con mayor facilidad. Un número creciente de aplicaciones de smartphones y sitios web ahora hacen posible obtener anticonceptivos con receta sin visitar primero la oficina de un médico. Las píldoras que las mujeres reciben a través del estudio no están autorizadas para la venta en las farmacias, y por lo general sólo están disponibles en hospitales y clínicas de abortos.

Píldoras abortivas a la venta por internet

 Australia y la provincia canadiense de British Columbia permiten a las mujeres obtener píldoras abortivas por correo, después de consultar con un médico u otro proveedor de atención médica por teléfono o por internet. 

Varias organizaciones internacionales ofrecen servicios de correo en países donde el aborto no está disponible o está severamente restringido. El grupo más antiguo, Women on Web, con sede en los Países Bajos, ha proporcionado medicamentos para el aborto a unas 50.000 mujeres en 130 países desde el 2006.  Este servicio no está disponible en los Estados Unidos y la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) alerta contra la compra de medicamentos por internet.

Una prueba en cuatro estados

Cuando las píldoras abortivas llegaron a su buzón del correo este verano, Marie se sintió ansiosa pero también en control, sabiendo que podía terminar su embarazo por completo, en la intimidad de su hogar.

 “Estaba feliz de poder hacerlo yo misma, sin tener a una enfermera o médicos que me miraran y me juzgaran”, dijo, pidiendo que se la identificara sólo por su segundo nombre, Marie, porque no quiere que la gente por fuera de su entorno más cercano sepa sobre su aborto.

Marie es parte de un pequeño, pero observado esfuerzo de investigación para determinar si los abortos médicos, los inducidos por medicamentos y no por cirugías, se pueden hacer de forma segura a través de una consulta con un médico por internet y drogas enviadas directamente a la casa de la mujer.    

Recibir las píldoras en su casa en Hawaii significó para Marie poder evitar el costo y el tiempo de viajar en avión a una de las clínicas de aborto más cercanas, que están a más de 100 kilómetros de distancia, en Honolulu o Maui. Una vez que las recibió, dejó el paquete a un lado durante una semana en su dormitorio, esperando hasta poder programar un tiempo libre en su trabajo en McDonald’s.

La primera píldora, como era de esperar, tuvo poco efecto. A la mañana siguiente, con su madre en casa para cuidar a su niño pequeño, tomó la segunda. Casi inmediatamente, comenzó el sangrado y los dolores. En tres horas, su embarazo de ocho semanas había terminado. Ella describió el dolor como de 5 en una escala de 10 puntos. Esa noche preparó la cena para su familia, y al día siguiente volvió a trabajar.

 El estudio en el que Marie participó se está llevando a cabo en cuatro estados: Hawaii, New York, Oregon y Washington. Está siendo financiado y organizado por Gynuity Health Projects, un grupo de investigación sin fines de lucro enfocado en servicios de salud reproductiva, que busca mejorar el acceso de las mujeres a abortos médicos. 

Sin complicaciones

La FDA ha permitido el experimento. Las mujeres se enteran sobre el estudio cuando contactan a las clínicas de aborto participantes, o a otros proveedores de salud que conocen del ensayo y del sitio web telabortion.org.

De las 12 mujeres que participaron en el estudio, todas en Hawaii, 11 reportaron no haber tenido complicaciones y una no tomó las píldoras, dijeron los investigadores. Las diez mujeres que completaron la encuesta después del aborto, dijeron que estaban satisfechas con el servicio y que se lo recomendarían a una amiga, según los investigadores.

“Es un paso muy importante hacia la expansión del acceso al aborto seguro y eficaz, y ofrece opciones para las mujeres”, dijo Susan Wood, directora del Jacobs Institute of Women’s Health en la George Washington University, en Washington, DC. Wood no estuvo involucrada en el estudio.

El acceso al aborto ha ido disminuyendo constantemente en los Estados Unidos, ya que docenas de clínicas se han visto obligadas a cerrar bajo nuevas restricciones estatales. En Texas, el número de clínicas cayó a 18 en el 2015, de 41 en el 2012. Cinco estados tienen sólo una clínica que ofrece abortos.

Usando una conexión de video en una computadora personal, una mujer primero consulta con un médico (u otro clínico, como una enfermera practicante) en una de las tres clínicas de aborto participantes, que evalúa su historial médico y explica cómo tomar píldoras de aborto y qué esperar después. Luego debe hacerse exámenes médicos incluyendo ultrasonido y sangre.


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Si las pruebas demuestran que es elegible para el estudio, la clínica le envía un paquete con píldoras e instrucciones por correo, que recibe al día siguiente. Después de tomarlas, la mujer tiene algunas pruebas adicionales como un ultrasonido para verificar que el aborto ha sido completo y también una consulta telefónica para revisar los resultados.

Aborto espontáneo provocado por fármacos

Los abortos médicos requieren que las mujeres tomen dos fármacos que juntos inducen un aborto espontáneo. El primero, la mifepristona o RU486 (comercializada como Mifeprex), se toma típicamente en un consultorio médico o una clínica, mientras que el segundo, misoprostol, se da a la mujer para tomar en casa al día siguiente.

En los Estados Unidos, la FDA ha aprobado píldoras de aborto médico para su uso sólo en las primeras 10 semanas de embarazo, mientras que los abortos quirúrgicos se pueden hacer más tarde.

Los abortos médicos constituyen una cuarta parte de todos los abortos en el país. Cerca de 2,8 millones de mujeres en los Estados Unidos han usado mifepristona para terminar un embarazo desde la aprobación de la droga en el año 2000, según Danco Laboratories, su fabricante.

El estudio sobre el aborto en los Estados Unidos usando el correo que llega al día siguiente surge casi una década después de que Iowa se convirtiera en el primer estado en ofrecer consejería de aborto médico a través de la telemedicina, hablando con un médico por internet. Pero en Iowa y los tres estados que siguieron – Alaska, Maine y Minnesota – las mujeres deben ir a una clínica que almacena mifepristona para recibir las píldoras.

Si el estudio demuestra que la telemedicina y el correo funcionan, podría alentar a la FDA a eliminar las restricciones a la mifepristona, dijo la investigadora principal de Gynuity, la doctora Elizabeth Raymond.

“Toda clase de drogas peligrosas se prescriben y están disponibles en las farmacias, incluyendo drogas para la enfermedad cardíaca y el Viagra”, dijo. “No hay justificación para que este fármaco seguro no deba estar en las farmacias ahora”.

 Pero incluso si la FDA levantara su restricción sobre dónde se dispensan las píldoras abortivas, 19 estados prohíben el uso de la telemedicina para el aborto y requieren que un médico esté físicamente presente al aconsejar a una mujer, según el Guttmacher Institute, un grupo de investigación sobre derechos reproductivos.

Grupos contra el aborto, indignados

 “Tenemos serias preocupaciones acerca de la entrega de drogas peligrosas que terminan con la vida sin supervisión médica, porque las mujeres enfrentan grandes riesgos por abortos químicos”, dijo Kristi Hamrick, vocera de Americans United for Life.

Carol Tobias, presidenta del National Right to Life Committee, también planteó problemas de seguridad. “Si las píldoras son enviadas por correo, ¿a quién se supone que deben llamar las mujeres si tienen algún problema?”, dijo.

“Estas píldoras tienen serias desventajas”, dijo. “Y simplemente hablar con alguien a través de una computadora y enviar pastillas por correo, para mí, es imprudente”. 

Esta historia fue producida por Kaiser Health News, un programa editorialmente independiente de la Kaiser Family Foundation.