Doctores y hospitales

Avances en el manejo de heridas quirúrgicas infectadas

| Foto: GETTY IMAGES

Por Dr. Alejandro Villar
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Una de las complicaciones más temidas después de una cirugía es la infección de la herida. 

El riesgo de infección depende del grado de contaminación durante la cirugía: un procedimiento programado para quitar la vesícula tiene menor riesgo de infección que un procedimiento de urgencia por una perforación del intestino.

Los pacientes que desarrollan una infección en la herida después de su cirugía tienen un riesgo 60% mayor de requerir cuidados intensivos, el doble de riesgo de morir y una probabilidad 5 veces mayor de ser hospitalizados nuevamente.

Por estas razones muchos cirujanos prefieren dejar las heridas abiertas (es decir, sin puntos ni grapas), y realizar curaciones varias veces al día.

El manejo de las heridas abiertas incrementa los costos, requiere de un mayor tiempo de hospitalización y es muy incómodo para los pacientes, pues las curaciones son frecuentes y suelen ser dolorosas.

Terapia de presión negativa

En 1997 surgió la terapia de presión negativa, un método que consiste en colocar una esponja y un tubo de aspiración sobre la herida abierta, lo que evita que se acumule líquido y mantiene la herida limpia. Esta esponja solo debe cambiarse sólo dos o tres veces a la semana y acelera el tiempo de cicatrización.


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Recientemente se ha diseñado una terapia de presión negativa en el cual, a diferencia del sistema convencional, la esponja y el tubo se colocan sobre la herida cerrada (ya sea con puntos o grapas), y puede mantenerse funcionando por siete días sin necesidad de cambiarla.

De acuerdo con un estudio realizado en Texas y publicado en la revista del American College of Surgeons, la terapia de presión negativa que se aplica sobre heridas cerradas permite una cicatrización más rápida (7 días en promedio) que el sistema que se aplica sobre heridas abiertas (48 días en promedio).

Ambas terapias disminuyen el riesgo de infección de herida y tienen el mismo número de complicaciones, con la diferencia de que el nuevo método podría reducir el tiempo de hospitalización y los costos.

Siempre es recomendable asistir a un Centro de salud para verificar el estado de la herida después del alta de una intervención quirúrgica.