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Hilary Duff dejó el salón de belleza Nine Zero One de West Hollywood con una impactante cabellera azul neón. La actriz de 27 años agradeció a su colorista Amber Maynard, quien la ayudó a “convertirse en una sirena”.

Duff declaró a la revista People que le gusta experimentar con maquillajes y ahora lo hace con su cabello. “Me gusta poder interpretar un rol distinto, te pones algo y de pronto te conviertes en algo diferente. Le da un toque a tu personalidad que te permite jugar a ser otro", explicó.

Como Hilary, hay varias famosas que adoran teñirse el cabello de colores exòticos, y tal vez no estén del todo al tanto de que estos procedimientos pueden retrasar el crecimiento, provocar caídas o darle un aspecto seco y quebradizo.

Runner Willis, hija de Bruce y Demi Moore, es otra de las cultoras de la paleta colorida en su cabeza y en una época lo usó de un subido color rosa (foto abajo). Estas tonalidades “exóticas” se logran decolorando el cabello hasta volverlo amarillo o blanco antes de darle el color definitivo. 

Lo conveniente es que este trabajo lo haga un profesional ya que se puede llegar a quemar la fibra capilar. Al igual que Runner, Kelly Osbourne fue una de las precursoras y lleva su cabellera de un color lila subido.

Una vez decolorado el cabello, es necesario enjuagarlo para remover el producto y cerrar la cutícula. De otro modo perderá su pigmentación quedando totalmente blanco; luego se aplica la tintura deseada, que podría ser de un color violeta intenso como el que alguna vez usó Katy Perry. 

Cuando los químicos de la tintura atraviesan la cutícula, la hacen más sensible a los cambios. La cabellera se vuelve más débil y le dan un aspecto ajado y sin vida si se elige este tipo de look en forma frecuente. Una de las que adora cambiar el color de su cabello es Lady Gaga, que sorprende a sus seguidores una y otra vez. 

Hay otros tratamientos que también dañan y resecan el cabello como las permanentes y los alisados químicos ya que se rompen su estructura interna para darle una nueva forma. Y recursos de belleza como la iluminación o los “reflejos" no son tan dañinos, pero también tienen consecuencias ya que pueden afectar la estructura interna del cabello. Esto resta brillo y humedad, en especial cuando se retocan con frecuencia las raíces para emparejar el color o cubrir canas. 

Además de la coloración, hay otras prácticas que dañan el cabello como el uso de bandas elásticas, hebillas y los peinados tirantes o elaborados. Abusar de la planchita y el secador también afecta el cabello por acción del calor y lo vuelven débil y quebradizo. 

Aunque se crea lo contrario cepillarse el cabello con asiduidad lo puede dañar, sobre todo si se utilizan cepillos de mala calidad ya que tironean y arrancan. El lavado demasiado frecuente también está contraindicado: si bien la acción detergente del shampoo limpia el cuero cabelludo y quita la oleosidad, también reduce la humedad natural. 

Para tener un cabello sano los estilistas aconsejan recortar periódicamente las puntas dañadas, no excederse con tinturas, peinados tirantes y procedimientos químicos y usar productos de buena calidad. Cuando todo está perdido hay tratamientos específicos para reconstruir la fibra capilar y mejorar su aspecto, como los baños de queratina.