La deportación afecta la salud de nuestros niños

¿Cuál es el impacto en la salud mental de los niños hijos de padres deportados e indocumentados? Unos cinco millones de niños están en riesgo.

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Un tema a estudiar

Las autoridades de varias universidades, del gobierno y del Instituto de Psiquiatría de México acaban de lanzar un nuevo estudio para poder analizar el impacto emocional que tiene para los niños que son ciudadanos estadounidenses, el hecho de que sus padres hayan sido deportados. "Lo que queremos ver es qué le estamos haciendo a nuestros niños en el país. Y la magnitud y consecuencias en la salud mental de los hijos de los más de 200,000 deportados", explicó el doctor Sergio Aguilar-Gaxiola, director del Centro para Reducir las Disparidades de Salud de la Universidad de California en Davis. La iniciativa, un esfuerzo conjunto de la Universidad de Texas en Austin, el sistema de salud de la Universidad de California en Davis y el Instituto Nacional de Psiquiatría de México, se basará en 80 entrevistas realizadas a niños de entre 9 y 14 años, la mitad mujeres y la mitad varones. Por otra parte, según datos publicados por un informe del Consejo Nacional de La Raza sobre el tema asegura que se calcula que miles de niños serán separados de sus padres por las acciones de inmigración y que literalmente, cinco millones de niños viven en Estados Unidos con al menos un padre indocumentado y están en riesgo de pasar por esa situación. Una de las grandes consecuencias de esta trauma emocional que puede generar esta situación es el trauma emocional en la vida de un niño que puede generar la separación a causa de la deportación de uno de los padres. Para los niños pequeños, una deportación puede ser vivida como una "desaparición o abandono", lo cual les puede despertar un sentimiento de inseguridad, dice el informe del Consejo Nacional de La Raza. "Uno de los mayores desafíos para el padre que no fue arrestado es explicarle la situación a los niños y ayudarlo a manejar sus sentimientos", agrega. Muchos niños, hijos de padres deportados, exhibieron signos de estrés, por ejemplo, algunos síntomas físicos como pérdida de apetito, de peso y trastornos en el sueño.

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